Una mujer de cabello negro, con vestido lila y delantal blanco, sostiene varios limones en un patio con flores rosadas, macetas azules y limoneros. La escena, de una sencillez luminosa, parece recién salida de uno de los cuentos ilustrados por Lola Anglada. Y sin embargo, ha permanecido oculta más de un siglo: se encontraba clavada tras otra pintura, Noies a la vinya, de la propia artista, y ha sido redescubierta por casualidad durante un proceso de restauración encargado por la Diputación de Barcelona.
El hallazgo se produjo a raíz de una solicitud de préstamo del Museo del Vino de Vilafranca del Penedès (Vinseum), que pidió exponer Noies a la vinya. Al revisar el marco y el estado de conservación de la obra en los talleres de restauración de la Diputación, el equipo detectó que bajo el lienzo visible había otra pintura adherida al bastidor. No estaba firmada, pero todo apuntaba a que también era obra de Anglada.
La confirmación ha llegado a través de dos estudios encargados por la Diputación: uno estilístico, elaborado por Montserrat Castillo, especialista en la obra de Anglada, y otro técnico, dirigido por Núria Guasch, investigadora de la Universidad de Barcelona. Los análisis de materiales y pigmentos confirmaron su autoría al compararse con Mare i nena a la vinya, otra obra del fondo artístico de la Diputación.
Mujer con limones e inacabada
La nueva pintura, bautizada provisionalmente como Dona amb llimones, parece inacabada. Los expertos sospechan que fue tapada para aprovechar el bastidor y enmarcar otra pieza, una práctica habitual en ciertos momentos de escasez o cuando se descartaba una obra que no había llegado a término. Una etiqueta hallada en el bastidor permite fecharla en torno a 1918, año en que Noies a la vinya fue presentada en una exposición.
Conservada desde 1974 en los fondos históricos de la Diputación de Barcelona, la obra de Anglada suma más de 2.900 piezas entre dibujos, pinturas y libros ilustrados. La mayoría procede de la donación que hizo la propia artista, considerada la primera ilustradora profesional catalana y una figura clave de la cultura visual de preguerra.
Ilustradora y compañera de Miró
Autora de obras infantiles como El Peret (1928) o La Margarida, Lola Anglada (Barcelona, 1892 – Tiana, 1984) compartió estudio con Joan Miró, ilustró cuentos de Wilde y Perrault y colaboró en revistas como En Patufet o La Mainada. Durante la Guerra Civil, publicó El més petit de tots (1937), una alegoría republicana de fuerte impacto propagandístico.
Tras la contienda, y desde su casa en Tiana, desarrolló una obra más intimista y costumbrista, alejada del foco oficial. En los últimos años, su figura ha sido objeto de una progresiva revalorización. El hallazgo de Dona amb llimones, además de aportar una nueva pieza a su corpus pictórico, refuerza la dimensión plástica de una autora a menudo asociada sobre todo a la ilustración.
La restauración ha permitido subsanar algunas lagunas provocadas por la humedad en su domicilio de Tiana. La pintura se presentará próximamente en público, sumándose a otras obras depositadas en museos de la Red de Museos Locales de la Diputación. Y aunque no estaba destinada a ser vista, su aparición viene a confirmar algo que ya sabíamos: que el mundo de Lola Anglada, lleno de jardines, niños y patios soleados, sigue hablándonos con la misma delicadeza de hace un siglo.
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