La música en directo no concierne solo al artista o al local, sino también al espacio donde uno puede disfrutar del espectáculo. Un estudio realizado por SeatPick, ha comparado el precio medio de las entradas de conciertos en más de 40 grandes ciudades europeas y ha mostrado un mapa muy desigual, dado que hay capitales en las que es posible ver a artistas de nivel internacional por menos de 80 euros y hay otros lugares en los que la cifra supera los 150 euros. Ir a un mismo concierto puede llegar a costar el doble en función del lugar de destino, y la diferencia entre unas y otras es significativa.
Madrid y sus precios competitivos para los conciertos
Con un precio medio de 106 euros por entrada, Madrid se posiciona como una de las ciudades más asequibles de Europa para disfrutar de conciertos. Este coste es inferior al de Londres (108 euros), Berlín (122 euros) o Milán (118 euros), y se sitúa muy cerca de la de Lisboa o Ámsterdam. De acuerdo al informe de SeatPick, el ranking de las ciudades más baratas lo encabezan las de Oslo (77 euros), Praga (79 euros) y Mánchester (85 euros); le siguen Helsinki, Budapest y Lisboa, todas ellas por debajo de los 90 euros.
La oferta musical de Madrid potencia su atractivo
La capital de España no solo está dotada de recintos emblemáticos, como son el Movistar Arena (antes Wizink Center) o el Estadio Metropolitano, sino también de una red de salas medianas y de pequeñas dimensiones que preservan la diversidad de la programación y equilibran las tarifas. De este modo, Madrid se convierte en uno de los destinos perfectos en Europa para melómanos que quieren disfrutar de grandes grupos musicales sin arruinarse, una búsqueda cada vez más frecuente con la inflación y la generalizada escalada de precios.
Barcelona, un precio más elevado
Barcelona se ha situado en el grupo de las diez ciudades europeas que más dinero cuesta disfrutar de un concierto, aunque algo alejada de la cabeza, con un precio medio de 127 euros. Sólo la superan capitales con un alto coste de la vida como Roma (158 euros), Estocolmo (153 euros) o Bruselas (133 euros). Y otras como es el caso de Viena, Zúrich o Lyon también superan la cifra de los 120 euros.
Riesgos de exclusividad
El sobrecoste podría limitar el acceso a la música en vivo de parte de la población local, y en especial para los más jóvenes. El estudio alerta sobre el riesgo de que el aumento descontrolado del precio de las entradas haga de ciudades como Barcelona un destino cultural para un público desnivelado, reservando el acceso únicamente para el tipo de público que puede permitirse este nivel de gasto.
Europa y los precios de los conciertos
SeatPick comenta que el precio que puede alcanzar un mismo artista puede llegar a duplicarse según la ciudad en que actúe. Este hecho se debe no solo al nivel de vida de cada capital sino también a otros factores como la dimensión de la localidades donde ser presenta el artista, la presión fiscal nacional y de las localidades, y a la propia demanda de cada uno de los artistas y conciertos.
Progresión de los precios
La plataforma prevé variación de los precios para los próximos meses, sobre todo en las ciudades con la agenda musical más apretada. Para los amantes de la música ello implica que planear un viaje puede convertirse en una opción más interesante que comprar la entrada en su propia ciudad, teniendo en cuenta que destinos como Madrid, Praga o Lisboa representan una buena calidad-precio y ofrecen grandes alternativas de ocio y entretenimiento más allá de la propia música.
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