Llega el calor y con él la temporada de baño en la playa o en la piscina, y también el mensaje de la abuela de que hay que tener mucho cuidado con bañarse después de comer porque nos puede dar un corte de digestión. Como en todo, las abuelas pueden tener parte de razón, y aquí explicamos el porqué.

"Si se ha comido ligero, basta con ir aclimatando el cuerpo al agua e introducirnos de manera escalonada en la playa o piscina. Pero si la comida ha sido muy copiosa conviene esperar antes de meterse en el agua”, asevera la jefa de Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella, la doctora Adelaida Sánchez.

¿Por qué esto es así? El llamado corte de digestión o hidrocución se produce como consecuencia de un cambio brusco de temperatura al entrar de manera precipitada en el agua fría: “Esos grados de diferencia provocan una reacción de los vasos sanguíneos (se estrechan) y por tanto fluye menos sangre al cerebro lo que puede originar un desmayo. El peligro de perder la conciencia en el agua radica en que se puede producir un ahogamiento".

Doctora Adelaida Sánchez, jefa de Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento es una de las cinco primeras causas de mortalidad entre 1 y 14 años en el mundo y en España, la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo sitúa como segunda causa de muerte accidental en la infancia. Así, los especialistas abogan por la supervisión constante del niño, aunque este haya adquirido destreza y habilidad suficiente en el medio acuático.

Más cuidado todavía si has tomado el sol o hecho deporte

No obstante, la hidrocución no se asocia únicamente a la digestión, sino a cualquier circunstancia en la que se da ese cambio brusco de temperatura. La experta del Hospital Quirónsalud Marbella advierte de que "la mayor incidencia de casos se produce en personas que se bañan tras haber realizado ejercicio físico o haber tomado el sol durante un tiempo prolongado".

Así, indica la doctora Sánchez, los síntomas más habituales del corte de digestión o hidrocución son "fácilmente identificables": palidez, escalofríos, visión nublada, mareos, náuseas y vómitos.

En estos casos cree importante auxiliar a la persona procurándole calor para que recupere la temperatura, al tiempo que asegura que el cuadro desaparee al poco tiempo. "Normalmente, la persona se recupera al cabo de una o dos horas, pero es conveniente acudir a un médico", insiste esta pediatra.

Una supervisión constante del niño

Aunque en verano, la mayoría de los accidentes relacionados con el agua se producen en los lugares de ocio, la doctora Adelaida Sánchez, extiende la misma advertencia al ámbito doméstico ya que, según explica, en casa también hay que ser precavido con los recipientes en los que puede almacenarse líquido. 

“Hay que vaciar cualquier recipiente con agua después de su uso, como por ejemplo los cubos de la fregona o barreños. Y en el cuarto de baño no se debe dejar a los niños pequeños sin supervisión", remarca.

Por todo ello, la especialista del Hospital Quirónsalud Marbella insiste en que "el adulto debe vigilar sin perder de vista al niño o niños que se encuentran dentro del agua", subrayando en este contexto que es importante evitar distracciones cuando se está a cargo de menores en el agua, como contestar un mensaje del móvil o conversar con otras personas. “Son acciones que desvían nuestra mirada de los pequeños y un descuido de unos segundos puede tener consecuencias muy graves", indica.

Finalmente, recuerda que nunca ha de bajarse la guardia, independientemente del perímetro y de la profundidad del lugar en el que se desarrolla el baño, "nunca se puede dejar al niño solo o al cuidado de otro menor mientras esté en la bañera, piscinas, spas, o cerca de cualquier boca de riego".