En los últimos años, el ejercicio "zona cero" se ha popularizado como una alternativa sencilla de activar el cuerpo sin recurrir a rutinas intensivas. Esta actividad propone movimientos suaves, controlados y a una frecuencia cardíaca muy baja, ideal para aquellas personas que necesitan mejorar su bienestar personal sin imponer a su organismo un esfuerzo excesivo. Esta práctica ha ido haciéndose un hueco no solo en las personas inactivas o en rehabilitación, sino también en atletas que la utilizan como recurso para la recuperación entre duros entrenamientos.
Ejercicio "zona cero"
El ejercicio en la "zona cero" se define por su escaso impacto, lo cual la hace ideal para personas mayores, en rehabilitación o que se están reintroduciendo en el mundo del ejercicio físico, después de haber estado inactivas durante un tiempo. Caminar lentamente, estiramientos suaves, yoga suave o incluso tareas domésticas bastante tranquilas logra activar el cuerpo sin provocar un aumento excesivo de la frecuencia cardíaca, lo cual mitiga el riesgo de lesiones e incrementa el compromiso.
Mejor salud y prevención de enfermedades
Múltiples estudios han verificado que la actividad física de baja intensidad hace que la circulación funcione mejor, regula la glucosa en sangre y mejora el estado de ánimo. Dedicarle un mínimo de 30 minutos durante el día puede reducir el riesgo de tener problemas con el corazón a la vez que mejora el sueño. Además, como es una práctica sostenible, sus beneficios se producen de forma acumulada, de esta manera, se llega a tener una vida más activa y saludable.
Cómo el ejercicio "cero" ayuda en la recuperación
Incluso en la planificación semanal de los deportistas de élite se incluyen sesiones de baja intensidad a fin de permitir la recuperación de los músculos y facilitar la eliminación de la acumulación de fatiga y la preparación de los tejidos para esfuerzos futuros. Estas sesiones, lejos de suponer una pérdida de tiempo, contribuyen a la adaptación del organismo y a la mejora de los tipos de rendimiento a largo plazo.
Reducción de estrés y restauración de energías
No es necesario caer en el sofá después de una jornada laboral para restaurar las energías perdidas durante el día de trabajo. Un paseo, a un ritmo tranquilo, o bien, una serie de estiramientos que se han hecho en casa también pueden ser suficientes para rebajar el estrés. Promueve un equilibrio entre la mente y el cuerpo, por lo que se convierten en un hábito que es muy indicado para reducir el estrés crónico y para mejorar el estado de ánimo.
Hábitos sostenibles y actividad física
Una de las principales causas de la dificultad para mantener los hábitos de ejercicio es la incapacidad de alcanzar las metas. El ejercicio "zona cero" quiere eliminar esa causa ya que establece que la zona de trabajo debe ser la de un tipo de movimiento simple y alcanzable. Esta actividad nos ayuda, como hemos comentado, en la mejoría a largo plazo, lo que conlleva mejores resultados de salud a los meses, e incluso a los años.
Movimiento ligero contra el sedentarismo
Para aquellos que practican deporte intenso y aislado, pasar muchas horas sentados también puede ser perjudicial. Introducir pequeños parones para moverse a lo largo del día puede tener un efecto muy positivo en la salud en general; todo pasa por moverse con frecuencia, aunque el esfuerzo sea bajo.
Así que ya lo sabes, el ejercicio zona “cero” tiene muchos más beneficios de que lo podría plantearse en un primer momento. Cualquier actividad, por escasa que parezca, puede generar grandes beneficios para el organismo y es una de las herramientas para mejorar tu salud a largo plazo y sin grandes esfuerzos.
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