El bruxismo se ha vuelto uno de los trastornos más comunes en la población adulta, aunque en menor medida también afecta a niños y adolescentes; apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria es capaz de producir un desgaste progresivo de la dentadura, así como afectar a la calidad de vida. Identificar las causas y poder llevar a cabo el tratamiento apropiado es fundamental para evitar que se presente un daño irreversible y volver a alcanzar un estado de bienestar.
Causas más comunes del bruxismo
La mala alineación de los dientes es una de las causas más comunes del bruxismo. Cuando la mordida no es adecuada, los músculos de la mandíbula funcionan de mala irregular y producen mucha tensión. Las reparaciones dentales realizadas de manera incorrecta, como por ejemplo empastes demasiado altos, pueden ser las causas del bruxismo.
Por otra parte, el bruxismo también puede incrementarse por aquellos problemas de respiración durante el sueño, generando un aumento de la frecuencia de episodios de bruxismo nocturno. Este tipo de trastorno impide un descanso reparador y propicia movimientos involuntarios de la mandíbula que desgastan las piezas dentales.
Factores psicológicos y de estilo de vida
La causa más común son la tensión, el estrés o la ansiedad. Personas que tienen un alto grado de competitividad o personas que experimentan constantes emociones de frustración suelen apretar los dientes como mecanismo inconsciente. El exceso de café, de alcohol y de tabaco también se asocia con el bruxismo. Algunos medicamentos, sobre todo los que están relacionados con la salud mental, pueden agravar esta problemática y provocar un aumento de su sintomatología.
Síntomas del bruxismo y sus consecuencias
El desgaste del esmalte es uno de los primeros síntomas. Con el paso del tiempo los dientes pueden llegar a fracturarse o a desplazarse, de igual forma puede generar sensibilidad frente a agentes fríos y cálidos. Algunas personas experimentan dolor al masticar o rigidez de la mandíbula que provoca que, al abrir la boca a la hora de comer, no se haga con normalidad. Los músculos del cuello y la cara también sufren; la tensión acumulada en el bruxismo puede ampliarse y contribuir a generar molestias.
Repercusión en el descanso
Las interrupciones en el sueño también son un efecto que no se puede desestimar; los frecuentes despertares y la sensación de cansancio al día siguiente son indicadores claros de que el bruxismo puede alterar la estructura del descanso establecido. El dolor puede confundirse con molestias de oídos sin que haya problema en este órgano; este cuadro sintomático puede llevar a una disminución del rendimiento cotidiano y aumentar el malestar si no se solventa rápidamente.
Tratamientos para controlar el bruxismo
El aparato de descarga, férula o los protectores bucales son el tratamiento que se utilizan comúnmente en la actualidad para frenar el desgaste dental. En situaciones con daño definitivo, el dentista puede remodelar la superficie dental o colocar coronas para las piezas afectadas.
En el caso de que aparezca un dolor de componente muscular solamente, algunos odontólogos pueden utilizar relajantes musculares o inyecciones de toxina botulínica para reducir la fuerza con que se cierran las mandíbulas a lo largo del sueño.
Reeducación y manejo del estrés
Practicar ejercicio deforma habitual, la meditación y las técnicas de respiración ayudan a reducir el bruxismo; también resulta útil aprender a tener la mandíbula relajada y a no masticar con excesiva frecuencia chicle.
Reducir el consumo habitual en café, alcohol y tabaco es un factor predisponente a la evolución favorable; en el caso de que el bruxismo esté asociado a la apnea del sueño o a otro trastorno médico, el tratamiento debe ser conjunto para evitar que el problema se reproduzca.
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