Tradicionalmente se han considerado las dietas ricas en fibra como las más apropiadas para combatir el estreñimiento. Sin embargo, un estudio que acaba de salir a la luz no sigue esa línea y destaca dos alimentos para tal objetivo: el kiwi el pan de centeno.
También el agua con alto contenido mineral podría ayudar a aliviar el estreñimiento crónico, según el nuevo trabajo del King's College de Londres (Reino Unido) que recoge directrices dietéticas basadas en la evidencia en adultos.
Las mismas muestran que tomar suplementos de fibra de psyllium, ciertas cepas probióticas y suplementos de óxido de magnesio pueden ayudar a mejorar el estreñimiento. Por el contrario, se encontró que otros enfoques ampliamente recomendados, incluidas las "dietas ricas en fibra" genéricas y los suplementos de sen (un tipo de laxante), carecen de evidencia sólida de su eficacia.
Las directrices, publicadas conjuntamente en dos revistas internacionales, Journal of Human Nutrition & Dietetics y Neurogastroenterology & Motility, cuentan con el respaldo de la Asociación Dietética Británica (BDA, por sus siglas en inglés) y su objetivo es transformar la forma en que médicos, enfermeros y dietistas tratan esta afección común en la práctica clínica. Además, podrían facilitar un mejor autocontrol de los síntomas, especialmente a través de alimentos y bebidas.
El estreñimiento es una afección crónica que afecta significativamente la calidad de vida y supone una carga financiera considerable tanto para los pacientes como para los sistemas sanitarios. Hasta ahora, las guías clínicas solo han ofrecido recomendaciones dietéticas limitadas y, en ocasiones, obsoletas, que suelen aumentar la ingesta de fibra y líquidos, informa Europa Press.
A diferencia de las directrices anteriores, las nuevas recomendaciones se basan en numerosas revisiones sistemáticas y metanálisis rigurosos, y en la aplicación del marco GRADE para evaluar la calidad de la evidencia. Un panel multidisciplinario de expertos, que incluye dietistas, un nutricionista, un gastroenterólogo, un fisiólogo intestinal y un médico de cabecera, revisó más de 75 ensayos clínicos para elaborar 59 recomendaciones e identificar 12 prioridades de investigación.
La doctora Eirini Dimidi, profesora adjunta de Ciencias de la Nutrición en el King's College de Londres y autora principal, expone: "El estreñimiento crónico puede tener un gran impacto en la vida cotidiana. Por primera vez, hemos proporcionado orientación sobre qué enfoques dietéticos podrían ser realmente útiles y qué consejos dietéticos carecen de evidencia. Poder mejorar esta afección mediante cambios en la dieta permitiría a las personas autogestionar mejor sus síntomas y, con suerte, mejorar su calidad de vida".
La revisión de la evidencia reveló que, si bien algunos alimentos y suplementos son eficaces, la calidad general de los estudios existentes es baja
Las recomendaciones también se centran en los resultados del estreñimiento, como la frecuencia, la consistencia, el esfuerzo y la calidad de vida de las deposiciones, lo que las hace más prácticas para una atención personalizada basada en los síntomas específicos que experimenta cada persona. Además, se ha desarrollado una herramienta práctica para profesionales clínicos que facilita la adopción de estas directrices en la práctica diaria en todo el mundo.
La revisión de la evidencia reveló que, si bien algunos alimentos y suplementos son eficaces, la calidad general de los estudios existentes es baja. La mayoría de los ensayos se centraron estrictamente en intervenciones individuales en lugar de enfoques dietéticos integrales, lo que pone de relieve la urgente necesidad de una mejor investigación nutricional en el tratamiento del estreñimiento.
La doctora Dimidi añade: "Una dieta rica en fibra ofrece muchos beneficios para la salud general y ha sido una recomendación habitual para el estreñimiento. Sin embargo, nuestras directrices concluyeron que simplemente no hay suficiente evidencia que sugiera que realmente funciona para el estreñimiento específico. En cambio, nuestra investigación revela nuevas estrategias dietéticas que podrían ayudar a los pacientes. Al mismo tiempo, necesitamos urgentemente más ensayos de alta calidad para reforzar la evidencia sobre qué funciona y qué no", concluye.
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