Beber agua con gas se está convirtiendo en un hábito muy extendido en la sociedad española, sobre todo para las personas que buscan una opción más sana y digestiva que los refrescos. Su consumo está creciendo de forma continuada y el agua con gas ha pasado a ser una opción habitual en supermercados y en los restaurantes. Más allá de las burbujas esta bebida presenta ventajas interesantes en cuanto a la digestión, la saciedad y la hidratación del día a día sin añadir calorías ni azúcares.
Beneficios para la salud del agua con gas
El agua con gas proporciona la misma hidratación que el agua mineral. Aporta los mismos minerales esenciales (calcio, magnesio o sodio, etc.) en función del origen del manantial, aunque tiene la ventaja de ofrecer una sensación más refrescante debido a su carbonatación. Al no contener azúcares, edulcorantes o colorantes, se convierte en la bebida perfecta para quienes desean una alimentación equilibrada sin renunciar a la satisfacción de contar con una bebida con carácter.
Control del hambre
El consumo de agua con gas antes de cada comida puede ayudar para controlar la ingesta de alimentos; las burbujas de la bebida te aportan la sensación de saciedad y, por lo tanto, disminuyen el apetito de forma natural. Los estudios realizados afirman que esta propiedad hace del agua carbonatada un aliado interesante para aquellas personas que quieren mantener el peso o reducirlo sin esfuerzo.
Agua con gas y la digestión
Las burbujas del agua con gas son capaces de inducir la secreción de los ácidos gástricos, y, de este modo, incrementar la capacidad digestiva. Con un pequeño vaso antes de una comida abundante se puede favorecer el tracto digestivo y evitar la sensación de plenitud gástrica. Pero, cuidado con excederse en la cantidad: se podría llegar así al efecto contrario con una distensión abdominal por un exceso de gas.
Contra la hinchazón y el malestar estomacal
Las personas que tienen digestiones lentas o que se sienten mal después de comer, pueden recurrir al agua con gas para aliviar las molestias. Debido a su acción estimulante sobre el estómago, ayuda a disminuir los gases y mejora el estado de salud de la digestión en general. Suele ser muy interesante en comidas copiosas, o bien en los meses de calor, ya que en este periodo los líquidos fríos y ligeros son más apetecibles.
Mitos y verdades sobre el agua con gas
El mito de que el agua con gas resulta prejudicial para los huesos viene de los refrescos carbonatados, que están formados por ácido fosfórico. En este caso está formada solamente por ácido carbónico, que no impide la absorción del calcio. En relación a la tensión arterial, solo basta con leer la etiqueta; si se trata de un agua aportando niveles bajos en sodio, no hay ningún riesgo para la presión sanguínea.
Diferencias con otras bebidas
No todas las burbujas de las bebidas son iguales: la soda contiene sales añadidas; la tónica presenta quinina y azúcar; la gaseosa lleva edulcorantes o azúcares. El agua mineral con gas es, por tanto, mantiene su pureza, puesto que solo mezcla agua mineral con dióxido de carbono. Por esta razón, se constituye como la alternativa más adecuada para acompañar cualquier comida o disfrutar entre horas.
El incremento del agua con gas no responde solo a una moda, es una opción que refresca e hidrata, a la vez que contribuye a cuidar la digestión sin aportar calorías; incorporar el agua con gas en tu diera habitual es una forma sencilla y natural de mejorar la salud y disfrutar con una bebida con burbujas que une bienestar y disfrute.
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