Mantener un aire de buena calidad en el hogar durante el año, y sobre todo en los meses fríos, es muy importante. Aunque invierno invite a cerrar las ventanas para conservar el calor, esa falta de ventilación puede aumentar la humedad, favorecer el crecimiento de moho y concentrar partículas perjudiciales. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han elaborado una guía práctica con el tiempo de ventilación suficiente para conseguir cambiar el aire en casa sin perder calor.

Cuánto tiempo se debe ventilar la casa en invierno

La OCU aconseja abrir las ventanas durante 10 minutos al día para una adecuada renovación del aire interior. El periodo es suficiente para sustituir el aire, renovar el oxígeno y reducir la cantidad de contaminantes. En esos 10 minutos, el aire contaminado se sustituye por aire limpio exterior sin que paredes y mobiliario se enfríen en exceso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda a la gente que las personas pasan hasta el 90% de su tiempo en espacios cerrados, y que la contaminación del aire en el interior puede ser entre 10 y 100 veces superior a los niveles del exterior. Por eso, dedicar unos minutos al día a ventilar se convierte en algo fundamental para disponer de un entorno en condiciones saludables y equilibradas, aun cuando las temperaturas caen.

Ventilar mejora la salud y el bienestar

Una ventilación diaria es importante para prevenir problemas respiratorios y la reducción de la humedad, además de limitar la proliferación de ácaros y hongos. También favorece un mejor descanso, puesto que un aire más limpio fomenta el sueño y la concentración. Una ventilación diaria es un recurso sencillo, barato y eficaz a la hora de cuidar la salud del lugar donde se vive y de los que lo habitan.

La importancia de ventilar de forma eficaz

La OCU remarca que la ventilación cruzada resulta ser el método más eficaz para el invierno, sin perder el calor del interior. La técnica es abrir ventanas o puertas que se encuentren situadas en los extremos de la vivienda, de manera que se pueda formar una corriente de aire que ventile de forma rápida el ambiente. Con esta técnica se llega a ventilar de forma total en muy pocos minutos.

El movimiento del aire arrastra las partículas hacia el exterior y hace que el aire limpio circule de forma homogénea. Además, se reduce el tiempo de ventilación y, por tanto, se evita el enfriamiento de las habitaciones y la necesidad de un aporte adicional de energía térmica.

Adaptar la ventilación a cada espacio

No todas las habitaciones necesitan el mismo tiempo de ventilación. Las zonas más pobladas (salón y cocina) necesitan más intercambio de aire. Igualmente es importante el número de personas presentes y las actividades que se realicen, ya que, hablar fuerte, cocinar o realizar ejercicio aumentan la concentración de aerosoles en el medio.

El mejor momento del día para ventilar

Es recomendable llevar a cabo la ventilación en las horas centrales del día, cuando el aire exterior tiene mayor temperatura, de manera que se puede evitar una pérdida excesiva del calor interior. Si se ventila por la mañana o al mediodía, se logra una renovación del aire y la habitación puede no llegar a enfriarse demasiado. Además, esta práctica mantiene el equilibrio entre el confort térmico y calidad ambiental.

Hábitos que marcan la diferencia

Incluir la ventilación al día a día da repercute positivamente en la eficiencia energética del hogar, así como en el bienestar de las personas. Solo diez minutos permiten transformar el ambiente interior, disminuyendo la humedad del mismo, aumentando el bienestar y evitando pérdidas de calor. En invierno, ventilar correctamente y sin perder el calor es posible y además necesario.