El ritmo de vida del presente conduce a buscar rutinas que proporcionen un descanso real. Las actividades de creación y manualidades van cobrando un protagonismo creciente como herramientas idóneas para lograr desconexiones, recobrar la serenidad o incluso encontrar un equilibrio mental de larga duración.

Cuando se realiza de forma habitual, esta práctica permite estimular la concentración, definir un estado de calma para mantener el estrés controlado. Se hace necesario crear una estructura propia donde las condiciones son más fáciles para ordenar pensamientos, desahogar la tensión y reencontrarse consigo mismo. Esa actitud es la que le permite convertirse en una opción perfecta para aquellas personas que necesitan tener una desconexión.

Actividades que reducen el estrés

Cocinar como vía de desconexión

Cocinar convierte las tareas diarias en un ritual sensorial. Cortar, mezclar, sazonar o amasar, marcan un ritmo continuo que normaliza la atención prestada y que al mismo tiempo, ayuda a reducir la tensión. La elaboración de un nuevo plato estimula la creatividad y para ello, activa el olfato y el gusto, premia y genera una recompensa. Este proceso invita a disfrutar del presente al no permitir que las distracciones entren en juego.

Pintar para reforzar la concentración

La pintura como actividad permite focalizar la mente en los colores, formas y texturas, lo que también conlleva una atención plena muy válida. La mente se aleja de los estímulos que saturan la vida cotidiana, centrando la atención en la ejecución de cada trazo. Esta práctica se puede adaptar a cualquier nivel, incluso para aquellas personas que nunca han cogido un pincel, además de ser un recurso participativo para canalizar emociones y liberar tensiones mediante la práctica de la expresión plástica.

Alternativas para disminuir el estrés a diario

La cerámica para desconectar

El modelado del barro requiere estar presente, ser muy paciente y tener mucha sensibilidad en cada movimiento. La atención se centra sin remedio en las manos y las formas que van surgiendo, lo que da lugar a un estado de gran calma. Crear piezas únicas da una satisfacción particular que estimula a hacer de la cerámica, una rutina relajante y muy gratificante.

Evasión del momento

Tejer, el ganchillo o bordar, produce un movimiento recurrente y armónico que colabora en la estabilización de la respiración y el apaciguamiento de la inquietud de la persona. Estas labores permiten avanzar, pero no a marchas forzadas, sino con el propio ritmo y tranquilidad de cada persona, siendo todo momento libre, transformado en un refugio pacífico. La atención precisa que requieren, establecen el equilibrio en la mente y produce una prolongada sensación de tranquilidad interna.

Actividades al aire libre

La observación de las aves provee una pausa natural, que contrasta del ruido intensivo y de la carga de las ciudades. Ir a un parque o a un lugar en la naturaleza obliga a disminuir el ritmo y a pararse a observar aspectos que normalmente pasan desapercibidos. Esta actividad ayuda a reforzar la capacidad de atención, a potenciar la conexión con el ambiente natural y a producir un fondo de reposo mental.

Jardinería para mejorar el bienestar emocional

La atención que se dedica a las plantas requiere de perseverar y de tener paciencia, además es necesario ser sensible con los ciclos naturales. Regar, podar, sembrar o trasplantar son acciones sencillas que se van convirtiendo en pequeñas victorias que generan enorme satisfacción. La jardinería propicia la serenidad, la disminución de la inquietud y favorece la relación personal, lo cual genera bienestar. Cada avance en el jardín comienza a ser una recompensa a nivel emocional.

A pesar de su aparente sencillez, estas actividades son una vía efectiva para poder aliviar la presión del día a día y conseguir así cierto grado de calma. Cocinar, pintar, hacer cerámica, tejer, observar aves o las plantas que se cultivan funcionan como una vía sencilla para recuperar el equilibrio, la claridad y el bienestar. Hacerlas regularmente transforma el autocuidado en una práctica que ayuda a afrontar el estrés desde un lugar más tranquilo.