Sufrir un dolor de cabeza, experimentar fiebre o presentar dolor muscular son situaciones frecuentes, pero conocer qué medicación conviene utilizar en cada caso puede suponer una diferencia. Paracetamol e ibuprofeno son los analgésicos más extendidos, y si bien ambos tienen el mismo objetivo, que es el de aliviar tanto la sintomatología dolorosa como el estado febril, no producen el mismo efecto ni son igual de seguros para todas las situaciones.

Diferencias entre paracetamol e ibuprofeno

¿Para qué sirve el paracetamol?

El paracetamol se considera un fármaco analgésico y antipirético. Esto significa que sirve para combatir el dolor y la fiebre, pero no la inflamación. Por este motivo, se indica para el tratamiento de molestias leves como los dolores de cabeza, la fiebre sin complicaciones y el malestar general. Además, es un fármaco relativamente bien tolerado por personas que sufren problemas estomacales, ya que no irrita la mucosa gástrica. Sin embargo, el paracetamol se metaboliza en el hígado, de ahí que su uso deba ser moderado en la población de personas con enfermedades hepáticas, ya que el exceso puede provocar toxicidad hepática severa.

¿Qué hace el ibuprofeno?

El ibuprofeno, ya que produce los efectos analgésico y el antipirético, también posee el efecto antiinflamatorio. Por eso es una opción más adecuada para los dolores que están asociados a procesos inflamatorios como esguinces, contracturas musculares, artritis o en las reglas dolorosas. También es útil para el dolor dental ya que puede hacer que baje la inflamación.

Si bien posee ventajas, no es un medicamento que sirva para todo el mundo. Su uso frecuente puede generar irritación gástrica, gastritis o úlceras. También se debe evitar en personas con problemas renales, dado que se elimina renalmente y el tratamiento prolongado puede afectarlos.

¿Cuándo es mejor usar ibuprofeno?

El ibuprofeno es más efectivo que el paracetamol la mayor parte de las veces en el tratamiento del dolor, ya que se potencia la eficacia del fármaco. Esto es así porque en los procesos dolorosos, la inflamación juega un papel fundamental como parte de la "respuesta al dolor" en el curso de una lesión, especialmente en los casos de lesiones musculares, traumatismos leves o en el dolor de muelas, en el tratamiento de la inflamación articular y en la dismenorrea. El ibuprofeno trata el dolor pero también su "causa", es decir, la respuesta inflamatoria de los tejidos hace que su efecto sea más completo y favorable en los casos descritos. Por tanto, el ibuprofeno, en los casos de molestias con hinchazón o enrojecimiento, es preferible al paracetamol.

Casos en los que se debe evitar el ibuprofeno

A pesar de su gran efectividad, el ibuprofeno no puede utilizarse sin tomar ciertas precauciones. En caso de personas que hayan tenido antecedentes de úlceras o gastritis o malestar del estómago, su uso podría agravar la situación; los problemas de riñón igualmente son una contraindicación ya que este medicamento puede perturbar el buen funcionamiento del sistema renal propio de las personas. En estos casos, es preferible evitar la toma de ibuprofeno o bien tomar otros medicamentos que no perjudiquen ni al estómago ni al riñón.

Cuándo tomar paracetamol

Con relación a los tipos de dolor no inflamatorio, como son la mayoría de los tipos de cefaleas inofensivas y en la mayoría de los casos de fiebre habitual, el paracetamol es la apuesta buena. Eficaz, rápido y menos agresivo para el estómago; lo podemos aplicar también a los resfriados y otros síntomas en general, donde no esté presente una inflamación. Su seguridad gástrica lo hace idóneo para aquellos que no soporten otra tipo de analgésico.

Precauciones con el paracetamol

Pese a que el mismo presenta una gran tolerancia, una exposición prolongada puede causar toxicidad hepática; es por ello que resulta importante mantener la dosis recomendada (no aumentar la dosis en la creencia de que se conseguirá un mejor efecto) y evitar la asociación con otras sustancias hepatotóxicas como el alcohol o el uso de ciertos fármacos. En caso de existir patología hepática se aconseja el uso de alternativas bajo supervisión médica.