La interacción entre el alcohol y analgésicos de uso común como el paracetamol y el ibuprofeno puede tener graves consecuencias para la salud. 

La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) alerta sobre los riesgos de combinar medicamentos antiinflamatorios con alcohol, destacando que puede aumentar el riesgo de afectación gástrica y deterioro del hígado. 

Entre los síntomas más comunes se encuentran los mareos, vómitos, somnolencia y arritmias cardíacas en casos graves. Este tipo de analgésicos afectan al hígado y al estómago al igual que el alcohol, por lo que el riesgo de toxicidad hepática y de aparición de úlceras es alto si se consumen de forma habitual.

Los riesgos de mezclar otro tipo de medicamentos como antibióticos o ansiolíticos incluyen la disminución de la actividad cerebral y pueden necesitar intervención sanitaria. 

La edad también puede afectar a agravar los riesgos, por lo que es necesario extremar las precauciones para evitar la mezcla de alcohol con otros compuestos para tratar la trombosis o la diabetes. Los farmacéuticos señalan la importancia de conocer sus riesgos y la atención a los prospectos de los medicamentos, que señalan los posibles efectos adversos.