Con la llegada del verano, muchas personas que dan por concluida la operación bikini, un proceso acelerado que pretende resultados estéticos en pocas semanas. Sin embargo, la clave para mantener una buena salud no son las soluciones exprés, sino la incorporación de rutinas saludables, que deben extenderse durante todo el año. Una buena alimentación, un movimiento habitual y el bienestar emocional son la base de un estilo de vida que en manera alguna debe quedar condicionado por el paso de un calendario o de una estación.
Mucho más que operación bikini
Mantener una alimentación equilibrada prevaleciendo la utilización de alimentos frescos y poco elaborados tiene efectos positivos duraderos. Fruta, verdura, legumbres, cereales integrales, pescado y carnes magras tienen que ser la base de la alimentación. Apostar por productos sin etiquetas, de temporada y de proximidad favorece mucho el perfil nutricional, pero además hace que asumamos hábitos como el de la sostenibilidad.
Hay que estar atentos a no caer en la tentación de llevar a cabo dietas extremas. De un lado, las dietas restrictivas constantemente generan desequilibrios y alteraciones tanto físicas como emocionales, mientras que, del otro, comer bien no es nada más que una cuestión de nutrición, algo que se hace de manera adecuada, y constante, pero no a costa del sacrificio.
Actividad física adaptada y regular
El ejercicio no debe ser algo estético. Uno de los motivos de moverse cada día es la mejora en la salud cardiovascular; más allá de eso el ejercicio regula el peso, mejora el estrés, promueve el descanso, etc. Desde caminar deprisa (en casa, el parque, o cualquier lugar) hasta realizar rutinas de ejercicios fáciles en casa, todo tipo de movimiento es válido y bienvenido.
Presión y la operación bikini
Los ideales físicos impuestos pueden desencadenar frustración y la adopción de pautas de conducta poco saludables. La salud no se evidencia ni en una determinada cifra arrojada por la báscula ni en una talla. Estar sanos, tener energía, atender a nuestro organismo.
En una sociedad donde imperan los ultraprocesados, el cambio de hábitos hacia los saludables y realistas es una manera de mantener el equilibrio y el bienestar. La modificación del enfoque nos ayuda a mantener la motivación sin caer en comparaciones ni exigencias de las que venimos advirtiendo, que pueden resultar dañinas para la salud.
Bienestar físico y emocional
Mantener la salud mental es tan importante como el cuidado de hábitos saludables en la vida. Dormir bien, saber reducir el estrés, disfrutar de la vida... es lo que puede ayudar a tener un mejor estado general del cuerpo y de la mente. Un modo de vida saludable es integral y consistente.
Alternativas a la operación bikini
La forma de pasar de la operación bikini al compromiso diario con la salud, permite alcanzar objetivos sostenibles. Tan solo pequeñas acciones como ajustar las expectativas y ser constante, son muy eficaces en lo que respecta al bienestar sostenible.
Comer de forma equilibrada, hacer movimiento a diario, respetar los tiempos de descanso, etcétera, son actividades sencillas pero eficaces. No hay que hacer cambios radicales, sino que hay que ir conformando una rutina práctica para poder mejorar el cuerpo y la mente.
Movimiento diario sin obsesiones
La cantidad de pasos para resultados beneficiosos en la salud, incluso a un ritmo lento, debe estar entre 5.000 y 7.000 pasos diarios. Lo importante es partir de la intensidad del ejercicio y no de la cantidad.
La finalidad debe ser encontrar una actividad que se adapte al estilo de vida y que sea factible para cada persona. La práctica habitual de ejercicio se asocia con una reducción de la grasa corporal, una mejora en la capacidad física y la prevención de enfermedades crónicas sin necesidad de tener que conquistar metas imposibles.
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