Con el verano, el incremento de la temperatura pone en peligro el equilibrio hídrico del organismo. Mantener la hidratación adecuada es fundamental para el funcionamiento del cuerpo para evitar problemas de salud. El sudor continuado provoca perder más líquido que hay que compensar para evitar la deshidratación, así como sus consecuencias físicas y cognitivas, sobre todo en los días más calurosos.
Funciones vitales del agua en el organismo
El agua abarca el 60% del cuerpo del adulto y hasta el 75% el del niño. Es indispensable para regular la temperatura, dominar del transporte de oxígeno y nutrientes, la digestión, desechos, controlar la presión arterial, y ayudar a producir la saliva. En verano, su importancia se agudiza a medida que el cuerpo humano pierde líquidos constantemente para disipar el calor, en la forma de sudor.
Consecuencias de una hidratación insuficiente
Cuando hay falta de agua, el cuerpo empieza a enviar señales: cefaleas, cansancio, mareos o dificultad para concentrarse. Si no se hace nada a tiempo, la deshidratación puede agravarse e incluso llegar a la confusión, pérdidas de conocimiento o bien desmayos. El corazón trabajará más intentando mantener la presión sanguínea, que es un esfuerzo accesorio muy peligroso si no se repone lo que se ha perdido.
Cuánta agua necesitas para mantener el equilibrio
El volumen diario de agua que deben consumir los hombres es de unos 3 litros y el de las mujeres es de 2,2 litros. Estas cifras pueden ser mayores cuando se hace calor, cuando se hace ejercicio físico o en las determinadas condiciones de salud. Unas cantidades de hasta el 20 % de la del conjunto del consumo de líquido proceden de las necesidades de los alimentos (siendo fruta y verdura los representantes más importantes), lo que permite llegar a la cifra aprobada sin tener que depender única y exclusivamente de la bebida.
Reponer más que solo agua en situaciones exigentes
Aquellas personas que realizan actividades físicas intensas, o que, por el ocupa de su trabajo laboral, deben estar al aire libre, necesitan reponer más líquido y sales minerales imprescindibles o importantes. En estos casos, será preferible la combinación agua- bebida isotónica, para que estas últimas ayuden a reponer electrolitos como sodio, potasio, calcio o magnesio, entre otros. De este proceso se evita llegar al límite de fatiga, y permite tener una recuperación más completa.
Cómo mantener una hidratación constante y eficaz
Es también conveniente beber con regularidad, incluso en ausencia de sed. De esta manera le ganamos a la sed, que es siempre señal de que ya existe cierto grado de deshidratación. Ya no es posible beber sólo por sed, porque ya es un signo avanzado de deshidratación. Es preferible anticiparse. Llevar siempre una botella de agua y beber continuamente a pequeños sorbos durante todo el día es un recurso que les permitirá mantener los niveles adecuados de hidratación. Evitar periodos largos de tiempo sin beber es una buena práctica para el bienestar.
Adaptar el consumo a las condiciones del entorno
En zonas con climas calurosos y húmedos, el organismo presenta más problemas para liberar el exceso importante de calor por sudoración, por eso se debe adaptar la cantidad de líquidos a las temperaturas y a la humedad de los medios y a su vez debe también adaptarse la pérdida de líquidos como la causa que se produce con el alcohol y la cafeína.
Un correcto control de la hidratación en esta época del año resulta fundamental para mantener el estado de salud y el rendimiento físico. Beber agua a intervalos relativamente cortos, adaptar el medio ambiente, y estar atentos a las necesidades del organismo es la forma que tenemos para poder soportar las altas temperaturas sin comprometer el bienestar.
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