La cafeína forma parte de la rutina de millones de personas de todo el mundo, pero un consumo excesivo podría alterar el estado de salud del organismo. Cierto es que el café y otras bebidas producen una mejora del estado de alerta, de la capacidad de atención y del rendimiento físico. Es importante conocer los signos de saturación para poder evitar los problemas que se pueden generar en la salud del organismo si no se consume de manera responsable. Al mismo tiempo, saber la cantidad que se debe consumir puede ser clave para poder disfrutar del efecto positivo de dicha sustancia.

Efectos de la cafeína en el organismo

La cafeína bloquea los receptores de adenosina, moléculas responsables sobre todo de inducir el sueño y la sensación de energía y vigilia. No obstante, un estado de alerta constante de la actividad cerebral, producido por un exceso del mismo, puede dar lugar a una excitación motora, a la que seguirá una cierta intensidad que puede ir acompañada de nerviosismo o inquietud, y también problemas para dormir o una disminución del tiempo de sueño; el exceso del mismo causa una actividad en la que se libera adrenalina, la cual, como el estrés, puede afectar el estado de ánimo y la capacidad de concentración.

Problemas cardiovasculares

Un consumo que supere los 400 miligramos en adultos puede dar lugar a taquicardia, incremento de la presión arterial y una mayor mota cardiaca, efectos que se agravan si la persona es sensible a la cafeína o presenta problemas cardiovasculares. En algunos casos, la misma también puede causar sensación de opresión torácica o sensación de mareo, lo cual indica que su sistema está reaccionando en forma adversa a la sobredosis de cafeína.

Síntomas de la sobredosis de cafeína

La sobredosis de cafeína puede producirse con irritación, temblor, insomnio, ansiedad, cefalea, mareo y malestar digestivo. Generalmente estos síntomas comienzan a aparecer cuando se sobrepasan los niveles específicos de tolerancia. Detectar estas señales a tiempo es muy importante para evitar complicaciones y para ajustar la cantidad de cafeína que se ingiere diariamente.

Consecuencias a largo plazo

El abuso prolongado de cafeína puede dar lugar a dependencia, trastornos del sueño crónicos y alteraciones en la absorción de nutrientes esenciales. Además de esto, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de pérdida de masa ósea en personas propensas a desarrollar osteoporosis. Con el paso del tiempo el cuerpo puede llegar a desarrollar una mayor tolerancia, lo que conlleva a aumentar el consumo para experimentar los mismos efectos, creando así un ciclo que resulta difícil de romper.

Cómo controlar el consumo de cafeína

Dejar de consumir la cafeína de forma repentina puede provocar un síndrome de abstinencia que incluye cefaleas, cansancio y alteraciones de humor; la manera más aconsejable de hacerlo es disminuir de forma pausada el café que se toma a diario o sustituir algunas tazas por café descafeinado. De esta forma darás la oportunidad al organismo de acomodarse y permitirá comprometerse a mantener un buen estado de energía durante el día.

Alternativas a la cafeína

Buscar otras opciones que tengan menos cafeína -como el té verde- ayuda a mantener la energía sin que afecte al sistema nervioso; la buena hidratación y la alimentación equilibrada contribuyen a favorecer el metabolismo natural de dicha sustancia; mantener horarios regulares de sueño, practicar ejercicio físico y limitar el consumo de cafeína a las últimas horas del día son hábitos que regulen su efecto de estimulación.

Manteniendo las pautas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y el consumo en niveles moderados, la cafeína se transforma en una aliada del bienestar. No superar los 400 miligramos diarios en adultos y 200 miligramos en mujeres embarazadas nos permite beneficiarnos de las propiedades sin comprometer así nuestra salud ni alterar el equilibrio del organismo a largo plazo.