Una solución se alumbra para los pesares de Monte dei Paschi. Un auxilio basado, una vez más, en el dinero público. El banco en activo más antiguo del mundo, el tercero mayor de Italia, podría recibir en las próximas semanas una inyección de capital público por valor de 2.000 millones de euros, por la que el Estado italiano se haría con hasta un 40% de la entidad.

Estas noticias han supuesto un notable alivio para el sector financiero italiano y para el europeo en general. El temor a un fracaso de la operación de recapitalización de Monte dei Paschi, que pretende captar 5.000 millones de euros antes del cierre de 2016, se habían exacerbado en las últimas semanas, conforme crecían las opciones de que una derrota en el referéndum sobre el proyecto de reforma constitucional hiciera caer al gobierno de Matteo Renzi, como así sucedió el pasado domingo.

El riesgo de liquidación de la entidad podría poner en peligro todo el proceso de recapitalización de la banca italiana. Y el riesgo de un contagio de los problemas al conjunto del sistema financiero europeo ha estado muy presente en la mente de los inversores.

Ahora, la previsión de un apoyo público a Monte dei Paschi di Siena ha iluminado la visión de la banca en los mercados. La entidad italiana escalaba este miércoles en bolsa un 7,4%. Esta alegría es extensible al conjunto del sector financiero italiano. El índice Ftse Italia All Share Banks acumula un repunte superior al 11% en dos sesiones y entidades como Popolare Emilia Romagna y UniCredit avanzaban más del 4,5% en la jornada del miércoles.

Libres de la preocupación por la situación en Italia, el conjunto de la banca de la eurozona ha aprovechado en los últimos días para acelerar su remontada reciente. En las tres últimas jornadas han acumulado alzas próximas al 9%. Además de la banca italiana, entidades como las alemanas Commerzbank y Deutsche Bank y el español Banco Popular aprovechaban el buen tono este miércoles para subir más del 3%.

Pero el buen hacer del índice bancario de la eurozona no puede achacarse exclusivamente al rescate de Monte dei Paschi. De hecho, el índice ha recuperado más del 45% de su valor desde el pasado julio y se mueve ya en sus niveles más elevados en nueve meses.

Esta remontada se explica en buena medida en la creciente expectativa de que las políticas de tipos en mínimos, que han puesto contra las cuerdas los márgenes del negocio bancario, podrían estar próximas a su fin en Estados Unidos y, aunque en menor medida, también en Europa, lo que ya se ha traducido en un considerable repunte de las rentabilidades de la renta fija

Las bajas valoraciones en la banca europea, que ha perdido más del 70% desde 2007, animan la entrada de inversores

Las bajas valoraciones del sector, que ha visto esfumarse más del 70% de su valor desde los inicios de la crisis financiera, en la primavera de 2007, han animado a algunos inversores a tomar posiciones, esperanzados ante la perspectiva de que el sector vea en los próximos trimestres una progresiva mejora de sus resultados. Y la resolución de desafíos como los que representa la situación de la banca italiana es considerada fundamental para que el retorno del optimismo hacia el sector no se apague rápidamente.

Una operación contrarreloj

Por eso el mercado ha recibido con tanto alborozo las noticias sobre el rescate de Monte dei Paschi di Siena. El banco, que ha perdido un 83% de su valor en bolsa a lo largo de 2016, trabaja a contrarreloj en una solución a su déficit de capital, después de que los resultados de los test de estrés del BCE, publicados el pasado julio, le situaran como la entidad más débil de Europa.

El supervisor europeo le exigió entonces un refuerzo de su capital por unos 5.000 millones de euros, que, a priori, debería completarse antes del final del año. Monte dei Paschi ha tratado de cubrir sus necesidades con aportaciones privadas, entre las que el fondo soberano de Qatar parecía destinado a tomar un papel preponderante. Sin embargo, las incertidumbres políticas en el país, agudizadas tras la reciente dimisión del primer ministro italiano, Matteo Renzi, han acabado por apagar el apetito inversor.

Para evitar que la operación descarrile y el banco se vea sometido a un proceso de liquidación ordenado, el Estado se plantea ahora elevar su participación en el banco -ya es propietario de un 4% del capital- con unos 2.000 millones, que, según cita la agencia Reuters, podrían inyectarse mediante la compra de bonos en manos de 40.000 inversores minoristas y su posterior conversión en capital.

El BCE podría ampliar el plazo para la recapitalización de Monte dei Paschi hasta finales de enero

De este modo, se conseguiría evitar que estos inversores sufrieran pérdidas en la operación de rescate, uno de los objetivos del Gobierno trasalpino. El Gobierno confía, además, en que su entrada con fuerza en el capital del banco animaría a otros inversores privados a invertir en Monte dei Paschi.

En cualquier caso, los planes del Ejecutivo trasalpino aún deben vencer una serie de dificultades. Por un lado, Bruselas podría forzar a comprar esos bonos a precios de mercado -lo que implicaría notables pérdidas para los propietarios de esos títulos-, dado que si no se entendería como una ayuda de Estado.

Y por otro lado, la ejecución del plan a priori debe cerrarse antes de cierre de año, algo que se antoja poco menos que imposible en el actual estado de inestabilidad de la política italiana. En este sentido, según Il Sole 24 Ore, el Ejecutivo confía en que el BCE conceda esta misma semana una ampliación del plazo hasta finales de enero.