El ataque de los fondos especuladores o hedge fund sobre las acciones de Popular se intensifica, ante la debilidad de la entidad. Las posiciones cortas, que apuestan por la caída de un valor, alcanzan el 12,19% del capital, una cifra récord que no encuentra precedentes en la historia del banco que preside desde febrero Emilio Saracho. Esto implica que hay más de 312 millones de euros en acciones del banco apostados a su caída.

El 12% del capital, equivalente a 312 millones, está en manos de inversores que ganan cuando cae la acción

Mientras las posiciones bajistas se incrementan, la CNMV mantiene abierta una investigación que inició a finales de 2016 para esclarecer si los fondos que están apostando en contra de la entidad lo hacen sin trasgredir las normas que rigen el mercado de valores.

Entretanto, un nombre está en el punto de mira: Antonio Del Valle, el accionista mexicano que orquestó la salida del ex presidente Ángel Ron y su sustitución por Emilio Saracho.

El mexicano Del Valle, posible blanco de una demanda por manipulación de mercado

Del Valle podría ser el blanco de una demanda civil contra el consejo de Popular -Del Valle fue consejero hasta que en septiembre le sustituyó su primo Jaime Ruiz Sacristán- que prepara un grupo de inversores, entre los que figuran algunos mexicanos, donde se le acusa de manipulación del mercado por presuntas filtraciones con el objetivo de tirar el valor de la acción y, adoptando posiciones bajistas, recuperar parte de su inversión en el banco.

Para cursar esta demanda, Jorge Gastélum, un abogado mexicano especializado en casos de conflictos entre socios y administración fraudulenta, representa a mexicanos con el 4% del capital, según publicó El País la semana pasada. La CNMV tiene en curso una investigación sobre posiciones cortas en Popular.

La CNMV abrió una investigación al final de 2016 para esclarecer la legitimidad de las posiciones cortas

Las posiciones cortas consisten, grosso modo, en que los inversores toman prestadas una serie de acciones de un valor, con la intención de venderlas en el mercado, confiados en que los títulos se depreciarán y podrán recomprarlos a un precio inferior.

La presión bajista sobre la entidad no ha dejado de recrudecerse desde que cerró su última ampliación de capital el pasado mes de junio. Por entonces, las apuestas bajistas sobre el banco apenas alcanzaban el 2%, una cifra que se ha multiplicado casi por seis en los últimos ocho meses.

Desconfianza

La desconfianza de los inversores hacia el valor ha ido en aumento en los últimos meses, a medida que se han ido conociendo datos que ponían en cuestión su capacidad para proseguir su actividad sin afrontar una nueva ampliación de capital o una fusión. Tan sólo la llegada de Emilio Saracho a la presidencia del banco, el pasado 20 de febrero, concedió una ligera tregua: en las cuatro semanas siguientes, el porcentaje de posiciones cortas se desinfló del 11,75% hasta el 10,6%.

Pero tras destaparse algunas irregularidades en las cuentas de 2016, que obligarán al banco a hacer nuevas provisiones, los fondos especulativos a redoblado su presión. Esta situación ha pesado sobre el rumbo bursátil del banco, que se ha hundido en las últimas jornadas en mínimos históricos, tras perder un tercio de su valor en menos de dos semanas.

La entidad prolonga de este modo una agonía sobre el parqué que se prolonga desde hace años. Precisamente este lunes se cumplían diez años de los máximos históricos de Banco Popular. En este periodo, la entidad ha visto esfumarse cerca de 17.000 millones de euros, una cifra a la que habría que sumar los alrededor de 5.500 millones de euros que el banco ha captado en los últimos años a través de distintas operaciones de ampliación de capital.