El lunes es un día clave en el futuro de la mayor fábrica de Euskadi. Los alrededor de 5.000 trabajadores de la factoría que Mercedes Benz tienen en Vitoria deberán votar si ratifican el preacuerdo alcanzado por una parte de la representación sindical y que incluye una subida salarial del 6% para este año, del 2,5% anual hasta 2026, además de otras mejoras de carácter laboral. Sin embargo, las centrales nacionalistas, ELA y LAB y ESK no aceptan este principio de acuerdo alcanzado por UGT, CCOO, Ekintza y PIM y han mantenido sus jornadas de huelga tanto este jueves como viernes. La tensión entre ambas partes de la representación de los trabajadores se ha incrementado según denuncia la dirección de la fábrica alavesa.

La dirección de Mercedes Vitoria ha advertido que adoptará "medidas disciplinarias" contra los autores de las "amenazas y coacciones" de las que ha tenido conocimiento por la denuncia de varios trabajadores de la planta. A través de un comunicado, asegura haber tenido conocimiento de la denuncia de trabajadores que "declaran recibir amenazas y coacciones por medio de diferentes modalidades" como "pintadas en las taquillas, carteles ofensivos, agresiones e intimidaciones más o menos explicitas, presiones de diferentes grados e insultos".

Las presiones y coacciones se habrían producido en un contexto de llamadas a la huelga y de presión en torno a la votación del próximo domingo. Además, las centrales críticas han cuestionado la limpieza del proceso de votación diseñado y en el que se contempla la votación telemática. Han llamado a los trabajadores a acudir de modo presencial a emitir su voto.

Que el acuerdo sea revalidado por la mayoría de los trabajadores supone asegurar la inversión de 1.200 millones de euros anunciado por la multinacional en Alemania para la modernización de la factoría y que aseguraría su futuro. De esta planta dependen no sólo sus miles de empleados sino también cerca de 400 empresas auxiliares de la que dependen 30.000 trabajadores.

"No hay más margen de negociación"

Hoy el director de la planta, Emilio Titos, ha señalado que un rechazo al acuerdo no sería entendido por la dirección de la compañía en Alemania y supondría un revés muy grave para el futuro de la fábrica. La dirección ha asegurado que ya no existe "más margen de negociación" que elque permitió cerrar el preacuerdo.

Mercedes Benz Vitoria está investigando las posibles coacciones producidas. La empresa califica estos hechos como "muy graves" porque "socavan el clima laboral y perjudican el ambiente de trabajo" al tiempo que "resultan inaceptables y condenables sin ningún tipo de paliativo". Por el momento, está investigando estas denuncias a fin de que "se puedan adoptar las medias disciplinarias correspondientes para los autores", asegura en el comunicado al tiempo que advierte de que no tolerará "ningún tipo de amenaza, insultos, coacciones ni presiones a trabajadores" y que, si es preciso, ejercerá "cuantas acciones legales correspondan en cualquier ámbito administrativo y judicial para impedir estos comportamientos".

La parte crítica con el preacuerdo considera que no se debe revalidar el lunes porque la mejora de los salarios debería ser similar al IPC –el INE confirmó una inflación del 10,2% en el mes de junio- para poder blindar el poder adquisitivo. Además, consideran que no se dan avances en aspectos como los contratos relevo, la regulación de la movilidad o las mejoras demandadas en los turnos de fin de semana y festivos.