La Agencia Tributaria ha evidenciado en sus directrices del nuevo Plan Anual de Control Tributario su propósito de reforzar la presencia en la calle del personal de Inspección. "Se trata de recobrar la actividad en las tradicionales visitas que se vienen efectuando por la Agencia Tributaria desde hace muchos años, y que se suelen denominar como peinados fiscales".

El anuncio, que especifica que el foco se pondrá "en especial en el sector de la rehabilitación y las reformas de inmuebles", choca con la situación que denuncia el Sindicato de Técnicos del Ministerios de Hacienda (Gestha), que ahonda en la imposibilidad de cumplir con los objetivos marcados con la actual plantilla. "Tenemos un déficit de 20.000 funcionarios destinados al control tributario. Si reforzamos las inspecciones en la calle se descuidarían otras áreas", señala en conversación con El Independiente José María Mollinedo, secretario general de Gestha.

Uno de los frentes donde la Agencia Tributaria pondrá más énfasis este 2023 es en la lucha contra la economía sumergida. Los métodos del fisco para perseguir a aquellos que tratan de escapar a su control se ajustan a lo más altos estándares tecnológicos; sin embargo, la mezcla de actuaciones implica recuperar las visitas de los técnicos de Hacienda para afinar el censo de contribuyentes.

"Estas visitas son de propósito múltiple, incluyendo, entre otros, la obtención de información, la comprobación de la fiabilidad y calidad de la información censal, actualizándola si es preciso, y la detección de comportamientos irregulares en materia de facturación", reza el BOE de este lunes.

Fuentes de la Agencia Tributaria han trasladado a este diario que la estrategia de visitas "no necesita una ampliación de personal como tal", en referencia a los 20.000 puestos que reclama Gestha. Mollinedo indica que de los 28.000 empleados que tenía la Agencia Tributaria en 2010 la cifra de trabajadores ha caído a los 26.000 actuales.

"A pesar de las ofertas extraordinarias de empleo público que se han lanzado hay 2.000 empleados menos que hace 13 años. Si hay 2.000 empleados menos no se puede exigir más. Podremos liquidar más deudas porque el volumen económico ha crecido con el efecto de la inflación, o podremos ver un mayor número de contribuyentes si se hacen comprobaciones parciales en lugar de generales, pero sin más manos no se pueden añadir tareas sin perder atención en otras", lamenta el portavoz del sindicato.

Los técnicos creen que será difícil potenciar la presencia en la calle del personal de Inspección o de acelerar los intercambios de la lucha europea contra el fraude de IVA en las transacciones transfronterizas para la que se exige una mayor dotación de medios personales y tecnológicos. Mollinedo insiste en que la dificultad de abarcar todas las obligaciones sin sumar medios: "La plantilla actual o hace unos trabajos o hace otros, hará lo que se le encargue, pero esos trabajos nuevos van en detrimento de otros porque el personal es el que es".

Reacciones al Plan Anual de Control Tributario

La sensación del Sindicato de Técnicos del Ministerios de Hacienda es que el Plan Anual de Control Tributario debilita la lucha contra los delitos fiscales, ya que no define la cualificación de los empleados públicos ni contempla la recuperación de las competencias de los técnicos. "Que cada año crezca el dinero que se detecta en la lucha contra el fraude no significa que la Agencia Tributaria trabaje mejor, sino que hay una tendencia creciente de dinero procedente de la economía sumergida porque hay más. Hay que reducir la tasa sumergida para que el trabajo sea eficiente", comenta el experto.

Gestha ha recordado en un comunicado que perdieron el control sobre los expedientes en casos de "especial dificultad sobrevenida" en 1999, por lo que las denuncias a la Fiscalía por presuntos delitos contra la Hacienda Pública han caído un 82% en diez años, al pasar de 1.014 en 2011 a 179 en 2021. El sindicato reconoce también novedades "positivas" del plan, como el control de la tenencia del software de doble contabilidad, de las plataformas de comercio electrónico, de las compras de artículos de lujo situadas en España o del uso de mansiones a través de sociedades opacas de Gibraltar o de jurisdicciones no cooperativas.

Mollinedo ha concluido que para que el plan no se quede en "una simple declaración de intenciones", es necesario "concretar quiénes van a ejecutarlo y se hagan responsables de su cumplimiento, según las competencias y funciones que se les atribuyan". Por su parte, la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) ha condenado el Plan Anual de Control Tributario, ya que consideran que responde a un modelo "agotado".

La organización ha advertido en los últimos años de que, aunque las directrices que figuran en los diferentes planes de control son acertadas, finalmente pierden eficacia, principalmente porque el modelo de control actual de la Agencia Tributaria está "agotado". "Ninguna de las citadas novedades del Plan tiene una gran repercusión en las actuaciones que se tendrían que realizar para erradicar el fraude más grave y sofisticado", asevera IHE en un comunicado.