Factores Determinantes en la Excelencia del Aceite de Oliva Virgen Extra

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) se distingue como un producto gastronómico y nutricional excepcional, pero su excelencia depende de una combinación rigurosa de factores químicos, sensoriales y técnicos. Desde la selección de la aceituna hasta las condiciones de almacenamiento, cada etapa influye en su calidad final.

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Parámetros Químicos: La Base de la Calidad

La acidez libre, expresada en ácido oleico, es un indicador fundamental. Un AOVE de alta calidad debe presentar un valor inferior al 0,8%, ya que niveles más altos sugieren degradación de los triglicéridos debido a aceitunas dañadas o procesamiento inadecuado. 

Este parámetro, aunque imperceptible al paladar, refleja la integridad del fruto y la eficacia de la extracción.

El índice de peróxidos mide la oxidación inicial, con límites máximos de 20 mEq O₂/kg para el AOVE. 

Valores elevados indican exposición al oxígeno o almacenamiento prolongado, lo que reduce la estabilidad antioxidante. Adicionalmente, la espectrometría UV (K270 y K232) detecta productos de oxidación secundaria y posibles mezclas con aceites refinados, asegurando la pureza.

Características Organolépticas: El Sello de Identidad

Un AOVE excelente debe exhibir un frutado intenso, que puede variar desde notas verdes (hierba recién cortada) hasta maduras (tomate o almendra). 

El equilibrio entre amargor y picor es crucial: estos atributos, ligados a los polifenoles como el oleocantal, no solo definen su perfil sensorial, sino que también señalan su potencial antioxidante. 

Un panel de cata certificado debe confirmar la ausencia de defectos (como moho o rancidez) y una mediana de frutado superior a cero.

Proceso de Extracción: Tecnología y Tradición

La extracción en frío (≤27°C) preserva compuestos volátiles y antioxidantes. Métodos como el prensado mecánico o la centrifugación evitan la degradación térmica, manteniendo intactos los polifenoles y tocoferoles. 

Este proceso, aunque reduce el rendimiento, garantiza un zumo de aceituna con máxima expresión aromática y beneficios para la salud.

Factores Agronómicos: Del Olivar a la Almazara

La variedad de aceituna (Picual, Hojiblanca, Arbequina) influye en el perfil químico y sensorial. Por ejemplo, la Empeltre aragonesa ofrece notas suaves y dulces, ideal para consumidores que prefieren menor intensidad. 

La cosecha temprana (octubre-noviembre) incrementa los polifenoles, aunque requiere más kilos de aceituna por litro. 

Además, el procesamiento inmediato post-recolección previene fermentaciones indeseadas, evitando aumentos en acidez y pérdida de antioxidantes.

Conservación: Protegiendo la Integridad

El almacenamiento en envases opacos (vidrio oscuro o metal) y en ambientes frescos (14-18°C) protege al AOVE de la oxidación por luz y calor. 

Aunque no caduca, su calidad óptima se mantiene hasta 12 meses, tras lo cual los polifenoles disminuyen, reduciendo su amargor y propiedades saludables.

La Sinergia de la Excelencia

La excelencia del AOVE surge de la interacción entre parámetros químicos impecables, atributos sensoriales vibrantes y procesos cuidadosamente controlados. Desde el olivar hasta la mesa, cada detalle —desde la elección de la variedad hasta el envasado— contribuye a un producto que no solo enriquece la gastronomía, sino que también encarna un legado cultural y científico. 

Su consumo no solo es un placer sensorial, sino una inversión en salud, respaldada por siglos de tradición y décadas de investigación.

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