Tras conceder el tercer grado a tres presos de ETA condenados por asesinatos—Gregorio Escudero Balerdi, Ibai Arza Beovide y Unai Bilbao Solaetxe—, el Gobierno vasco ha superado ya el centenar de regímenes de semilibertad otorgados a miembros de la organización terrorista. Según los datos recopilados por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), solo el 33% de los etarras presos en España cumplen condena en régimen ordinario. El resto se encuentra ya en situaciones de tercer grado, libertad condicional o regímenes similares.

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Con estas tres nuevas concesiones, el número de etarras que cumplen condena en condiciones de semilibertad asciende a 102, según la Asociación. La cifra incluye 50 presos en tercer grado, 20 en libertad condicional y otros 18 que han vuelto a regímenes abiertos tras una revocación judicial. Solo 44 de los 134 presos de ETA actualmente en cárceles del país —126 en el País Vasco y 8 en Navarra— permanecen en régimen común.

Los perfiles de los tres beneficiados esta semana han reavivado la indignación entre las víctimas. Dos de ellos, Unai Bilbao y Gregorio Escudero, participaron en el asesinato del concejal socialista Juan Priede, tiroteado en marzo de 2002 en un bar de Orio. Escudero se encargó de vigilar los movimientos de la víctima, mientras que Bilbao fue uno de los autores materiales. Priede, viudo, tenía tres hijos.

Gregorio Escudero también fue condenado por el atentado que costó la vida al edil del PP José Ignacio Iruretagoyena en Zarautz. Fue el 9 de enero de 1998 cuando una bomba lapa colocada en su coche estalló mientras conducía por la calle Urdaneta. Murió tras una hora y media de agonía. Tenía dos hijos pequeños.

"La sangría de terceros grados no cesa. Ayer se nos comunicó con nocturnidad y alevosía la concesión de tres nuevos regímenes abiertos", denunció la AVT en un comunicado. "Claro que vivimos en un Estado de Derecho y acatamos las leyes, pero para delitos tan graves lo mínimo es exigir el cumplimiento íntegro de las condenas. Matar no puede salir prácticamente gratis."

La asociación critica que los beneficios penitenciarios se estén concediendo sin exigencias de colaboración con la justicia ni arrepentimiento. "Si se siguen abriendo las puertas de las cárceles a los asesinos y cada vez se nos recortan más las subvenciones para asistir a las víctimas y concienciar a la sociedad, vamos a volver a convertirnos, si es que no lo somos ya, también en víctimas del sistema".

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