El rugby español vive un momento de transformación y crecimiento sin precedentes. Así lo ha reconocido Alan Gilpin, CEO de World Rugby, quien en su reciente visita a España ha afirmado que el país “ya cuenta con todo lo necesario para convertirse en una potencia del rugby”. 

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Estas declaraciones llegan en un contexto de optimismo, con la Federación Española de Rugby preparando su candidatura para organizar los Mundiales masculino y femenino de 2035 y 2037, respectivamente.

Gilpin ha elogiado las infraestructuras deportivas de España, destacando la calidad de sus estadios y la capacidad organizativa demostrada en eventos recientes, como las Series Mundiales de Seven celebradas en Madrid en 2024.

Además, la posibilidad de utilizar grandes recintos como el Camp Nou o el Santiago Bernabéu para la final de un Mundial refuerza la candidatura española y evidencia el interés de las autoridades y clubes de fútbol en colaborar con el desarrollo del rugby nacional.

El avance de las selecciones nacionales, tanto en rugby XV como en Seven, es otro de los pilares que sustentan el optimismo de Gilpin. España ha logrado la clasificación para el Mundial masculino de 2027 y el femenino de este año, además de un subcampeonato en las Series Mundiales de 2025. 

Este progreso se refleja también en las categorías inferiores, con la selección M20 compitiendo entre las doce mejores del mundo y una estructura de alto rendimiento en expansión.

La reconstrucción institucional liderada por la Federación Española y su presidente, Juan Carlos Martín, ha sido clave para fortalecer la imagen del rugby español ante World Rugby. 

Proyectos como la construcción de un centro de alto rendimiento específico para el rugby y la búsqueda de un estadio propio para la selección nacional muestran una visión a largo plazo y una apuesta decidida por la profesionalización.

España cuenta con una base de más de 50 millones de habitantes, una cultura deportiva vibrante y una afición creciente por el rugby, factores que, según Gilpin, la convierten en “un mercado estratégico para el crecimiento global del rugby”. 

El respaldo institucional, la ambición de sus dirigentes y el compromiso de los jugadores y aficionados sitúan a España en una posición inmejorable para dar el salto definitivo y consolidarse como una potencia del rugby mundial.

En palabras del propio Alan Gilpin: “Creemos en el potencial de España en el mundo y compartimos sus ambiciones”. El futuro del rugby español nunca ha sido tan prometedor.

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