Dejar la cocina inmaculada puede resultar una labor interminable, especialmente si tenemos que hacer frente a la superficie de los azulejos, que suelen ensuciarse con facilidad. Sin embargo, existe un método sencillo, ágil y accesible para todos que ha cambiado por completo la forma de limpiar los azulejos. Con utensilios básicos y sin necesidad de productos costosos, se puede recuperar el brillo de los azulejos que cubren la superficie de la cocina sin esfuerzo.

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El método para limpiar los azulejos

Este sistema de limpieza de azulejos se basa en tres cosas que hay en cualquier casa: una mopa, un un pequeño paño de microfibra y alcohol. El procedimiento a seguir es muy sencillo, simplemente se envuelve la mopa con el paño, se pulveriza alcohol y pasas la mopa envuelta por encima de los azulejos. Por el diseño de la mopa, se puede acceder a cualquier rincón, sin escaleras ni movimientos forzados. El alcohol trabaja con rapidez, eliminando la suciedad y dejando la superficie brillante.

Resultados desde el principio

Esta técnica tiene la ventaja de ser muy efectiva y rápida en la obtención de resultados. El alcohol es un buen desinfectante, ayuda a eliminar el residuo de grasa y lo hace sin dejar restos en la superficie. Y además, se evapora casi instantáneamente, de manera que los azulejos se secan al mismo tiempo, sin marcas ni necesidad de repasarlos, y queda un acabado brillante, limpio y sin huellas de la humedad.

Claves para mantener los azulejos perfectos

Aplicar este truco de forma habitual permite que la cocina esté en perfecta forma sin grandes esfuerzos. De modo que realizar esta rutina de limpieza una o dos veces por semana evita que la grasa y la suciedad se acumule en las juntas de las baldosas del suelo o de la pared. Con esta rutina de limpieza también evitaremos el crecimiento de otras bacterias, siendo esto imprescindible en una cocina donde se manipulan alimentos.

Ventajas frente a otros métodos tradicionales

Frente a otros métodos de limpieza que pueden requerir productos químicos fuertes o utensilios muy específicos, este es mucho más práctico y tiene un coste bastante bajo. No necesitamos tiempo ni esfuerzo, y tampoco exponemos la casa a olores fuertes ni nos arriesgamos a dañar las baldosas. Al ser una solución casera, se adapta a cada superficie cerámica, sin provocarle ningún tipo de daño ni dejar ningún tipo de restos corrosivos.

Beneficios emocionales con la limpieza

La cocina es uno de los espacios de la casa más utilizados, por eso es un lugar que requiere un mayor cuidado y atención. El hecho de que los azulejos estén relucientes y brillantes en casa produce, además de un impacto visual estético, un impacto positivo en nuestro estado emocional (disminuyendo el estrés y aumentando el orden en las tareas del hogar).

Un hábito que ahorra tiempo

Además de ser una solución efectiva, nos permite ahorrar tiempo y dinero. Al no tener que utilizar productos específicos que, en la mayoría de los casos, son innecesarios ni tener que poner en práctica técnicas específicas para la limpieza, estamos aplicando un método para optimizar las tareas en el hogar. Con sólo tres elementos comunes, podemos transformar la cocina en sólo unos minutos, alcanzando un resultado perfecto en nuestra casa como si hubiera sido realizado por profesionales.

Este método de limpieza se ha convertido por sí mismo en una de las más prácticas y funcionales soluciones para mantener los azulejos de la cocina como nuevos. Un truco que, aplicado con constancia, nos asegura brillo, limpieza y orden en el entorno de la que probablemente sea la habitación más importante de la casa.

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