Murcia vuelve a ser el centro de atención, tras los episodios de violencia vividos en Torre Pacheco hace escasas semanas ahora el foco se ha puesto en Jumilla, una localidad murciana gobernada en coalición por el PP y Vox que ha aprobado una ordenanza que prohíbe la celebración de actos islámicos en espacios públicos. Una medida impulsada por el concejal de Vox que ha sido apoyada por los de Feijóo. La medida veta específicamente aquellas festividades cruciales para la comunidad musulmana, como el Aid el Fitr (rezo tras el fin del Ramadán) y el Aid el Adha, conocida como la Fiesta del Cordero.

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Desde los diferentes grupos y organizaciones islámicas de Murcia se habla de “shock y miedo”. El sociólogo murciano, Paulino Ros, explica en conversaciones con El Independiente, que “Murcia se ha convertido en la zona 0 de la islamofobia”, con una mezcla de culturas y raíces que, aunque llevan conviviendo desde siempre, ahora se encuentra más radicalizada. El experto señala que “este sentimiento de odio al extranjero no es nuevo, ocurre que ha sido canalizado a través de un partido político que se llama Vox” que ha conseguido que el racismo y la xenofobia le de “rédito político”. 

Sin Vox "la vida es más tranquila"

Ros señala el “curioso” escenario en el que se encuentra la Comunidad Autónoma, ya que “los mismos que los mantienen trabajando como negros esclavizados o semi esclavizados, y muchas veces sin papeles en condiciones precarias, son los que luego les dan la patada”, explica, “no quieren personas ni ciudadanos que vayan a trabajar y luego puedan compartir la plaza pública en condiciones de igualdad con el resto de la población”. 

El sociólogo confiesa que se pregunta qué necesidad real tenía el PP de aliarse con Vox para esta iniciativa, y resalta que parece que sólo les queda la opción de “ser más racistas” que los de Abascal, ya que “les comen la tostada” y por eso ceden. “En la ciudad de Murcia gobierna el PP y la vida es normal”, señala Ros. “Vox es un cáncer para la sociedad, se dedica a dinamitar puentes. Ahí donde vox no está la vida es tranquila”, ha sentenciado. 

Varias personas durante los altercados en Torre Pacheco el 12 de julio.
Altercados en Torre Pacheco el 12 de julio.

Desde la oposición se ha generado una fuerte reacción que condena la nueva norma en Jumilla. La portavoz del PSOE en Murcia, Isabel Gadea, ha tachado esta iniciativa de vulneración de “valores fundamentales de nuestra Constitución, alimentando el racismo y la xenofobia”. Además, acusa al Gobierno de la región de haber convertido a la comunidad en un “laboratorio de las políticas de ultraderecha”, refiriéndose también a los altercados ocurridos en Torre Pacheco, “lejos de rectificar, siguen en la misma línea”.

El PP matiza, Vox endurece

A pesar de que la medida fue aprobada por ambas formaciones políticas, las interpretaciones entre los socios de gobierno en Jumillas difieren. El Partido Popular ha intentado matizar la decisión, alegando que la prohibición afecta únicamente al uso de polideportivos municipales, que serán destinados sólo a actividades deportivas o las organizadas por el ayuntamiento del municipio. “Ni se veta a nadie, ni se prohíbe nada, ni tan siquiera se nombra a la comunidad musulmana” han compartido en redes sociales ante el aluvión de quejas.

Por su parte, la formación de Santiago Abascal ha dejado muy claro en sus redes sociales que apoyan totalmente la decisión tomada en Jumilla y el ayuntamiento ha recalcado que “España es y será siempre tierra de raíces cristianas” y que se trata de un momento histórico para la localidad. Además, la misma formación difundió el 22 de julio por su cuenta de X que el supuesto agresor de Torre Pacheco residía en dicha localidad, contribuyendo de esta forma al malestar de la población. “Jumilla alza la voz: ¡Basta ya de agresiones y de inmigración ilegal!”. Un mensaje que vincula de manera directa lo ocurrido en Torre Pacheco con la decisión legal en Jumilla.

La Conferencia Episcopal Española por su parte ha advertido de que “la limitación de estos derechos atenta contra los derechos fundamentales de cualquier ser humano” afectando a todas las confesiones religiosas. Destacan que en una sociedad democrática este tipo de restricciones de carácter religioso son una “discriminación”. 

Violencia institucional y social

Paralelamente, los grupos ultraderechistas muchos de ellos agitadores de la violencia que se vivió en Torre Pacheco, han celebrado esta decisión, considerando que es buena pero “insuficiente” e instan a la “remigración” como única solución, “los inmigrantes marroquíes deben volver a su país” difunden en la red social X.

Durante los días que Torre Pacheco estuvo en el foco mediático, más de 33.000 mensajes de odio racista llenaron las redes sociales, según datos de RTVE. Durante los días posteriores a la agresión de un anciano que fue captado por una cámara, se empezaron a organizar rondas vecinales bajo lemas como “defiéndete” o “patrulla tu barrio”. Este tipo de mensajes circularon por grupos de WhatsApp y Telegram incitando a una cacería, “limpiar las calles” o “cazar moros”. En pocos días, la tensión generada en redes junto a la activación de movimientos en contra de inmigrantes derivó en agresiones físicas, amenazas e insultos a la población de origen marroquí, una situación que obligó a muchas familias migrantes a no salir de sus casas por miedo.  La situación provocó tal alarma social que asociaciones vecinales y plataformas antirracistas denunciaron públicamente lo que calificaron como un “clima de terror organizado”. 

Tras la decisión por parte de los de Abascal y Feijóo en Jumilla muchos ciudadanos se preguntan cuándo terminará el clima de violencia institucional y social “estamos celebrando este año el 1200 aniversario de la fundación de la Ciudad de Murcia por Abderraman II estamos continuamente invirtiendo una millonada en recuperar el patrimonio árabe islámico que tenemos”, recuerda Ros.

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