El hecho de que aparezcan lagartijas en nuestras casas o en nuestros jardines, muchas veces se asocia a una visita puntual. Sin embargo, su presencia responde a unas causas concretas y puede tener un interés en lo que respecta a su hábitat. Saber entender por qué aparecen y qué significado tienen puede ayudarte a saber gestionar mucho mejor la salud y el equilibrio natural de tu casa. Además, las lagartijas se pueden convertir en las aliadas perfectas para poder mantener controladas las plagas que, de no ser por su intervención, se podrían convertir en unos serios problemas para los dueños de las casas.

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Lagartijas en casa

Las casas proporcionan a las lagartijas un medio ambiente mucho más propicio y estable que la vía pública ya que éstas pueden aportar una fuente de calor constante, les permite mantenerse alejadas de los depredadores y además les permite disponer de una fuente de alimento mucho más abundante que en sus hábitats naturales; es por esta razón que las casas o los edificios suponen un refugio que además ayuda a estos reptiles a sobrevivir.

Un mini ecosistema en el hogar

La existencia de lagartijas puede considerarse un signo inequívoco de que en la propia construcción o sus alrededores existe un ecosistema activo como pueden ser los insectos, por lo que instintivamente la aprovechan para crecer y prosperar. Aunque muchas personas no sean consciente de estas circunstancias naturales, las lagartijas sí lo son y por ese motivo es común poder observarlas cerca de construcciones.

Las lagartijas en la lucha contra plagas

Las lagartijas, como la especie Hemidactylus mabouia, se alimentan de mosquitos, de arañas, de pequeños artrópodos que se encuentran atraídos por las luces artificiales, manteniendo de esta manera el control de los insectos sin productos químicos (a la larga un inconveniente muy importante para las zonas residenciales).

Beneficio ecológico y bienestar en casa

Esta actuación de las lagartijas -que se conoce como "bioplaguicida"- ayuda de manera inconsciente a los propietarios a mantener el hogar más saludable. Además su actividad nocturna pasa casi desapercibida y durante el día se esconde en las grietas, en las esquinas, detrás de los muebles o en las estructuras exteriores.

Gestionar la  presencia de lagartijas

Cuando la lagartija entra en la casa no solo busca alimento; lo hace también como respuesta a las condiciones ambientales que encuentra, como la búsqueda de temperaturas adecuadas y otras regiones de refugio seguro. En el fondo, esto pone de manifiesto que la casa esconde un equilibrio estable capaz de atraer a algunas formas de vida, incluyendo a los depredadores naturales que nos son favorables.

Medidas simples para su reducción

Si no quieres que haya lagartijas en tu casa puedes optar por disminuir la luz exterior por la noche, sellar huecos en paredes y ventanas, y mantener un cierto nivel de orden que ayude a controlar en lo posible la presencia de insectos. No es necesario usar productos químicos, si logras que haya menos iluminación lograrás que haya menos presencia de insectos, por lo que las lagartijas irán a otra parte a buscar alimentos y refugio.

La presencia de lagartijas dentro de una casa no es algo casual y tampoco conlleva ningún peligroso; es consecuencia de que existe un entorno apropiado para ellas, con el que tienen la posibilidad de alimentarse. Si se conoce su comportamiento las virtudes que pueden aportar, puede plantearse la posibilidad de convivir con ellas de forma natural y segura; si se quieren tomar las medidas para reducir su permanencia, sin olvidar el equilibrio del ecosistema del hogar, existen medidas para hacerlo. Su contribución discreta al control de plagas determina que, por lo general, su presencia sea más beneficiosa de lo que se podría suponer.

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