Días después de que Podemos lanzara una campaña que reclamaba “menos toreros y más bomberos”, Radiotelevisión Española anunciaba la incorporación de Gonzalo Miró a su elenco, quizás porque, como sabe de todo, llegado el caso podría cavar un cortafuegos o echar agua a la broza ardiente en caso de que se declare un incendio.
No puede decirse que la noticia de su contratación resulte sorprendente y sensacional, dado que Miró es alguien alineado con el Gobierno, como José Pablo López, presidente de esa casa y hasta hace no mucho experto en disimular con maquillaje lo que verdaderamente es. Ahora camina al natural, con la cara lavada, quizás porque considera que hace lo correcto. Uno puede sentirse muy poderoso por mirar el paisaje desde el hombro de un gigante. Suele ser un error común cuyas consecuencias se observan cuando al titán le dejas de ser útil.
Miró no es alguien cualquiera. Digamos que representa a la perfección el espíritu de nuestro tiempo, donde cualquiera que defienda lo que procede verá pasar ante sí oportunidades con las que nunca habría soñado. El sanchismo busca abajo-firmantes y abre las ventanas de par en par a quienes lo respaldan sin exhibir dudas. Miró es uno de ellos... y no le falta trabajo, pese a que no brilla en nada y pese a que no es capaz de ofrecer ninguna reflexión que no provoque cierta sensación de que hay algo que se arrancó ahí mucho antes de estar maduro.
La aristocracia del PSOE
¿Por qué la propia izquierda, dizque defensora de lo público no censura estas cosas? La respuesta es obvia, aunque cabe recordar que hubo un tiempo en que Podemos demostró un especial descaro a la hora de retratar a “los hijos del régimen del 78”. Sus portavoces lanzaban certeros proyectiles a diario contra todos aquellos que debían su posición a las anomalías de un sistema en el que la meritocracia no funcionaba, dado que concedía todo tipo de privilegios a “las familias del régimen”. Miró no es ajeno a eso. Al contrario. Es parte de la neo-aristocracia del PSOE. Es decir, la que vino a sustituir a la caspa franquista porque así se lo propuso.
Es la que censura en los demás lo que considera correcto para sí misma, como legítima heredera de los privilegios. Resulta siempre injusto juzgar a alguien por su origen, pero es evidente que Miró ha aprovechado sus vínculos para ganarse la vida. De lo contrario, a lo mejor se hubiera tenido que esforzar más para no pasarlas canutas.
¿Qué aportará Miró a La 1? Absolutamente nada de valor. Argumentos de batalla, rudimentarios y sin brillo alguno. Siempre le he definido como el resultado de la peor versión de mí...; como el peor de mis temores, que es dejarme llevar por la pereza o por el excesivo atrevimiento. Con Miró se reproduce el síndrome del hijo del dueño: todos saben por qué está, pero, a la vez, por qué no debería estar. ¿Cómo se puede transmitir a un equipo que el jefe premia el esfuerzo cuando su vástago se sienta a su derecha, pese a que no sabe hacer la 'o' con un canuto?
Vamos más allá: ¿Cómo transmitir a los ciudadanos que sus impuestos se utilizan bien cuando, al encender el televisor, aparecen Miró o Santaolalla en RTVE?
Con Miró se reproduce el síndrome del hijo del dueño: todos saben por qué está, pero, a la vez, por qué no debería estar. Desentona al abordar lo relevante. Es incapaz de aportar.
Es curioso porque, hace unas horas, el contertulio para todo de marras abroncaba a uno de los presentadores de Espejo Público porque consideraba que se habían cargado excesivas culpas sobre Pedro Sánchez durante la tertulia. Esa misma tarde, el equipo de comunicación de la televisión pública distribuía un comunicado en el que anunciaba su contratación para acompañar a Marta Flitch en su nuevo magacín, que, claro, incluirá una nueva mesa de actualidad. La enésima. Una nueva versión del info-entretenimiento que buscará generar incendios entre la opinión pública cuando le convenga a Moncloa.
Golpe a Atresmedia
El periódico Huffington Post destacaba unos minutos después que RTVE había robado a Atresmedia a uno de sus tertulianos de cabecera, lo cual es cierto y lo cual debería provocar una reflexión en ese grupo. No sólo por las caras que ofrece a su audiencia -eso sí, con el dinero de sus accionistas-, sino también sobre el poco éxito que ha tenido y tendrá cualquier acercamiento al Gobierno, encabezado por un Pedro Sánchez que repudia a Vicente Vallés, a Pablo Motos, a Antonio García Ferreras y a cualquiera que en el pasado se haya cruzado con sus intereses.
Que nadie crea que este asunto es menor. Hay quien está convencido dentro de la televisión pública de que las críticas que recibe RTVE estos días forman parte de una campaña lanzada desde Atresmedia porque La 1 ha robado audiencia a LaSexta. Ese argumento ya lo utilizó Jesús Cintora cuando retiraron su anterior programa. Ahora, esas afirmaciones se transmiten con una especial intensidad desde algunos despachos de Prado del Rey, hasta el punto que alguno de los periodistas a los que mejor tratan por allí ya lo recita en sus conversaciones privadas.
No dudo que la competencia es feroz y que a las televisiones privadas les vendría mejor que La 1 contara con menos presupuesto y una audiencia mucho menor, y es justo reconocer que López ha mejorado el share. Pero hay que tener bastante caradura para considerar que las críticas a la RTVE actual se explican en ese factor. No ha habido jamás unos gestores con un mayor descaro a la hora de alinear este medio de comunicación con los intereses del Gobierno y de echar combustible sobre las llamas para avivar los incendios que le convienen a Sánchez.
Es cierto que fenómenos similares habían sucedido en otros medios públicos que quien firma estas líneas criticó, desde la TV3 de Sanchís hasta la CLMTV de Ignacio Villa o la Telemadrid de Ignacio González. Pero lo que resulta llamativo es que quienes criticaban todo eso, e incluso a quienes les llegó a perjudicar esa voracidad del poder para con estas ventanas audiovisuales, ahora lo practiquen con el mayor descaro.
Me gustaría enormemente que José Pablo López apareciera un día en la parrilla junto con Miró, Santaolalla y compañía, y les dijera a los espectadores: querido contribuyente, que sepas que consideramos necesario que parte de tu declaración trimestral sirva para pagar a todos estos. También me gustaría desterrar cierta convicción de que la mayor parte de quienes se quejan de las disfunciones en este país no lo hacen con afán de que mejoren, sino de que les escuchen para pillar cacho cuando gobierne el contrario.
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6 Comentarios
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hace 12 minutos
Me he colado. Me doy cuenta de que la.comunicacion iba dirigida al articulista. En mi descargo que en ese momento acababa de enviar un comentario, que por cierto, no debo haberlo hecho bien porque no lo veo.
hace 57 minutos
No se quién se dirige a mí hablándome envidia. Presumo que le gustaría que se la tuviera, pero está en un error muy grave de apreciación, lo que le sirve de retrato. También supone que tengo ulcera de estomago, y vuelve a equivocarse : a mí estómago lo que le pasa es que a veces siente nauseas de ver lo poco que la gentecilla se respeta a sí misma y se dedica a lamer cualquier culo alto pensando que eso los hará brillar. Es este su caso, señor comunicante anonimo?
hace 2 horas
Sr. Arranz la envidia puede ser perjudicial para la salud, entre otras produce, creo que en su caso agrava, la ulcera de estomago.
De todas formas contra la envidia suelen recetar pastillas «jodete», doble dosis la primera toma y después una cada mañana.
(Disculpas por el palabro)
hace 2 horas
La verdad es que el programa de Risto está dejando muchos soldados de la mierda del sanchismo. Ya ha fichado a la Carapintada Santaolalla que ya demostró dotes para que la ficharán. Y visto lo visto, el payaso que han buscado de sustituto este verano para Risto, acabará pagado con el robo de los contribuyentes.
Espero que el día que se acabe el sanchismo los vea pasando hambre, aunque lo dudo porque se llevan bastante de mi sudor y de las personas decentes.
hace 2 horas
Claro, esto es nuevo, porque en otras televisiones públicas de España y antes en la nacional se paga con….
hace 2 horas
Y mi robos anuales de la declaración y mis «pagos» diarios de impuestos-robos valen para pagar toda esta panda de sinvergüenzas. Éste está ahí solo por lo que es…por se hijo de quien era. Como dice no aporta nada sólo la defensa a ultranza de la mierda del sanchismo