El apasionado beso de un marinero a una joven enfermera en Times Square recién terminada la Segunda Guerra Mundial; una niña que huye atemorizada, con la piel abrasada, por el napalm en Vietnam; la muerte de un miliciano en la Guerra Civil (cortesía de Robert Capa) o el retrato del Che Guevara, inmortalizado por Alberto Korda. Estampas icónicas del siglo XX, que no necesitan de mucha descripción para proyectarlas vívidamente en nuestra mente. Todas ellas forman parte de la historia de la fotografía. Todas ellas fueron tomadas con una cámara Leica. Un aparatito pequeño, compacto, que cabía en la palma de la mano. La Leica I, con su rollo de película de 35 milímetros, se presentó el 1 de marzo de 1925 en la Feria de Primavera de Leipzig (Alemania). El éxito fue inmediato: había nacido, por fin –tras varios intentos fallidos por Kodak–, la cámara de bolsillo.

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Cien años después de su creación, las cámaras Leica han sido testigos de la historia, desde el nacimiento del fotoperiodismo a la democratización de la imagen. La marca se labró la reputación de ser "la mejor cámara del mundo", la preferida de muchos de los grandes. Es la cámara que usaba Henri Cartier-Bresson para captar ese instante decisivo que le hizo famoso. Con su Leica, un poco más pro que la original, la de 50 mm, fotografió la URSS tras la muerte de Stalin, los hospitales republicanos previos a la Guerra Civil Española e incluso los últimos días del líder político Mahatma Gandhi.

Girl with green shawl, Peshawar, Pakistan, 2002
Joven con chal verde retratada por Steve McCurry en Peshawar, Pakistan, 2002.

Por ello, y para celebrar el centenario de este magistral artefacto, el centro cultural Fernán Gómez de Madrid acoge hasta el 11 de enero de 2026 la exposición Leica. Un siglo de fotografía (1925-2025), que reúne 174 fotografías inolvidables realizadas por una Leica (cinco de las cuales han sido tomadas en la ciudad de Madrid), así como una selección de cámaras clásicas y documentos con los que ilustrar la profunda huella que ha dejado la firma alemana en la fotografía mundial. "Muchas veces oímos eso de que el smartphone va a cargarse el negocio de la cámara tradicional, pero esto no es así: pocas empresas pueden presumir de celebrar un centenario. Leica está viva porque la fotografía está viva", aseguraba Matthias Harsch, CEO de Leica, durante la presentación de la exposición en Madrid.

100 años de Leica

El primer prototipo de lo que más tarde se convertiría en la Leica I fue creado en 1914 por Oskar Barnack. El inventor alemán ansiaba crear una cámara portátil y accesible, alejada de aquellos tremendos armatostes que antaño se requerían para tomar una fotografía. En su mente tenía el paisaje: quería fotografiar la cumbre de una montaña sin tener que cargar con el pesado instrumento hasta allá arriba. Sin embargo, pese a tener los prototipos listos, la Primera Guerra Mundial impidió que la fabricación de su invento se llevara a cabo en ese momento. Tuvo que esperar a 1923 para ver cómo, por fin, sus dibujos empezaban a cobrar vida.

Brooklyn Gang, New York City, 1959
Pandillero de Brooklyn retratado por Bruce Davidson en 1959. | Bruce Davidson

Entonces, ¿por qué se celebra ahora el centenario de Leica? Andreas Kaufmann, actual presidente de la compañía, explica que este 2025 se cumplen cien años "de la producción constante de cámaras Leica". El invento del alemán trajo consigo una revolución en el mundo de la fotografía: "Hasta ese momento, dependiendo del tamaño del negativo se revelaba una imagen u otra, pero Barnack planteó un cambio en el formato, un cambio que todavía a día de hoy podemos ver en las cámaras digitales: el de 24x36 milímetros o, lo que es lo mismo, el formato 35 mm", explica.

La fotografía es una "ciencia compleja y difícil", pues no se trata solamente de captar la imagen, sino que al revelarla hay que cerciorarse de que se está plasmando adecuadamente lo que el fotógrafo quiere transmitir. En la década de los 60, la empresa comenzó a experimentar con los distintos dispositivos electrónicos; en los 90, con el software. Ya en 2007, Leica ofrecía soluciones para los teléfonos inteligentes. "Todo el mundo puede ser fotógrafo, puesto que todo el mundo lleva una cámara en el teléfono", defiende el presidente de la compañía.

174 fotografías que hablan de la historia

La sinceridad, la belleza, la crudeza, el odio, la reivindicación, las personas, la política... Aspectos que conforman el mundo en que vivimos y que han sido inmortalizados, de un modo u otro, por una cámara Leica, se muestran ahora en Leica. Un siglo de fotografía (1925-2025). Una exposición que reúne 174 fotografías de los archivos de Leica y que, según ha explicado su comisaria Karin Rehn-Kaufmann, no sigue un orden cronológico, sino emocional, "lo que la hace estar más viva".

"No es la típica revisión cronológica que empieza con la primera foto tomada y termina con la última, sino que hay algo más. Esto me emociona, pero no tanto como el hecho de que en esta exposición contamos con la obra de 30 fotógrafos españoles, lo que pone de manifiesto el compromiso de Leica con la fotografía en todos los puntos en los que está presente, incluida España", señala la comisaria.

'Calle de Madrid'
Calle de Madrid, por Gonzalo Juanes.

La muestra recoge imágenes de parajes conocidos como Monument Valley en Estados Unidos u otros más inexplorados, como la ciudad santa de Touba en Senegal; deja espacio para fotografías de incendios, que nos recuerdan a los desastres naturales que han asolado España este verano; pasa del blanco y negro al color en fotografías que emocionan, hablan y nos muestran que, al final, la imagen es un espejo del alma.

Además, Rehn-Kaufmann ha aprovechado para mostrar una cámara especial creada para el papa Francisco, "personalizada en color blanco y con el logo del Vaticano en dorado", que pudo entregarle en persona antes de que falleciera. Precisamente, este objeto se podrá ver en la tienda Leica de Madrid el próximo 27 de septiembre, antes de ser subastado en Viena en noviembre de este mismo año. El dinero que se obtenga será destinado a diferentes instituciones elegidas por el propio papa Francisco.

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