La primera sesión de control al Gobierno tras el parón estival ha sido el escenario de un enfrentamiento bronco entre la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, y el diputado del PP Jaime de los Santos. El choque no solo ha girado en torno a las nuevas normas de acreditación de periodistas en el Congreso, que los populares tachan de "retroceso a la dictadura franquista", sino también a un ataque previo de De los Santos contra una tertuliana de televisión que se ha convertido en presencia habitual en los platós: Sarah Santaolalla.

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El parlamentario conservador, vicesecretario de Igualdad y Educación de su partido, ha cerrado su intervención con una pregunta a la ministra sobre "utilizar el dinero de todos para contratar a mujeres prostituidas". Alegría recogió de inmediato la alusión y le reprochó que todavía no se haya disculpado por haber llamado de ese modo a Santaolalla en un episodio que generó polémica en agosto. "Usted tiene la cara como el cemento armado y a estas alturas todavía no ha encontrado un minuto para rectificar sus insultos o al menos pedir disculpas", afirmó la portavoz.

La ministra recordó también que la analista política había invitado al diputado a aclarar sus palabras en TVE, una oferta que él declinó, y le acusó de haberse convertido en "un digno heredero de Torrente, en las formas y en el fondo absolutamente lamentable".

Santaolalla, un fichaje controvertido

Santaolalla, nacida en Salamanca y formada en Derecho y Comunicación Audiovisual, se ha convertido en una de las polemistas políticas más visibles del último año. Ha pasado por canales de distinto signo –desde 7NN, vinculado a la extrema derecha, al Canal Red impulsado por Pablo Iglesias– antes de recalar en los programas de infoentretenimiento de TVE como Mañaneros 360 o Malas lenguas. También ha intervenido en espacios de Mediaset como Todo es mentira o En boca de todos, y recientemente debutó en Espejo público de Antena 3.

La joven tertuliana, que en sus redes sociales se ha mostrado cercana al PSOE de Salamanca, ha denunciado en varias ocasiones haber recibido amenazas de muerte y campañas de acoso digital desde que su visibilidad mediática aumentó. En las últimas semanas, su presencia televisiva ha coincidido además con la publicación de imágenes en las que aparecía junto al periodista Javier Ruiz, presentador de Mañaneros.

El cruce parlamentario se ha producido en un debate que De los Santos abrió preguntando a Alegría "cuál es la relación del Gobierno con la verdad". La ministra ha replicado con un "absoluta, tan absoluta como la de su partido con la mentira y el insulto". A partir de ahí, el tono se fue elevando: el diputado popular acusó al Ejecutivo de mendacidad compulsiva, denunció un cierre de puertas a los periodistas "que no piensan como ustedes" y llegó a cargar contra Sánchez por su vida personal y contra Alegría por sus aspiraciones en Aragón.

La portavoz socialista decidió cerrar su réplica volviendo al asunto pendiente del verano: "¿Qué libertad de expresión defiende usted, la que le permitió llamar mujer prostituida a una analista política de Televisión Española? Si esa es la libertad de expresión que usted defiende, no me espere ni hoy ni mañana".

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