Hasta agosto de 2025, la media de los salarios pactados en convenios colectivos han aumentado un 3,5% en lo que va de año, de acuerdo con la Estadística de Convenios Colectivos de Trabajo que ha actualizado este miércoles el Ministerio de Trabajo. Una cifra superior al 2,7% registrado por la inflación y que permite abrir la posibilidad de recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años. Sin embargo, el desfase acumulado sigue siendo significativo. Desde 2020 hasta agosto de 2025, el Índice de Precios al Consumo (IPC) se ha incrementado un 20,3%, mientras que el crecimiento medio de los salarios pactados en convenio solo lo ha hecho un 16,64%. En consecuencia, los trabajadores españoles han perdido un 3,66% de poder adquisitivo en este periodo analizado.

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Además, la brecha es mayor en algunos sectores. Los trabajadores de las actividades de suministro de energía eléctrica, gas y vapor acumulan la mayor pérdida, con un -9,15% respecto a la inflación. Les siguen las actividades inmobiliarias (-7,23%) y las financieras y de seguros (-7,11%).

En el otro extremo, los empleados de los hogares —como empleadores de personal doméstico y productores de bienes y servicios para uso propio— constituyen el único sector que ha ganado poder adquisitivo frente a la inflación, con una mejora del +1,21% desde 2020. Tras ellos, las menores pérdidas corresponden a las actividades profesionales, científicas y técnicas (–1,78%), las artísticas, recreativas y de entretenimiento (-2,74%), la información y comunicaciones (–2,86%) y el transporte y almacenamiento (–2,88%).

"En el caso de los empleados del hogar, los salarios han subido por encima del IPC por cuestiones legislativas. Es decir, al partir de salarios muy bajos, los incrementos se han ido acomodando a las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En cambio, los trabajadores de la banca parten de salarios más altos, por lo que, aunque las subidas son menos acuciadas, en términos absolutos, su poder adquisitivo sigue siendo mayor que el de los colectivos con sueldos más reducidos", explica para El Independiente Miguel Ángel López, profesor de EAE Business School.

La explicación de estas diferencias también se aprecia en la evolución temporal de cada sector. El siguiente gráfico recoge cómo han avanzado los salarios pactados en convenio frente a la inflación desde 2020, mostrando los momentos de mayor pérdida de poder adquisitivo y el inicio de la recuperación en 2025.

El desfase también alcanza a los empresarios

Esta reducción del poder adquisitivo por parte de los trabajadores no ha impedido que las empresas se hayan tenido que enfrentar a un encarecimiento de los costes laborales. En concreto, el coste salarial medio por hora efectiva de trabajo se ha incrementado un 18,8% desde el segundo trimestre de 2020 hasta el mismo periodo de 2025, según los datos que ha actualizado este lunes el INE en su estadística del Coste Laboral Armonizado. Este incremento supera en un 2,61% la evolución de los salarios pactados en convenio, lo que refleja una presión adicional para los empresarios.

De hecho, solo en el último trimestre los costes salariales por hora trabajada se han disparado un 5,1% respecto al segundo trimestre de 2024. Se trata del mayor repunte para este periodo desde 2023, cuando se registró un alza del 5,7%. Entonces, el encarecimiento estuvo vinculado al repunte de la inflación derivado de la guerra en Ucrania y de los cuellos de botella tras la pandemia, lo que finalmente se trasladó a los salarios, aunque, como ya se ha observado, por debajo de la evolución de los precios.

Así, aunque las subidas salariales han supuesto un esfuerzo para las empresas, han sido menores que el registrado en los denominados "Otros costes" —cotizaciones a la Seguridad Social y percepciones no salariales como dietas o transporte—, que han crecido un 6,2% en el último año y un 23,7% desde el segundo trimestre de 2020.

Entre estos costes adicionales destacan dos medidas introducidas en la última reforma de las pensiones impulsada por el entonces ministro de Seguridad Social y actual gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá. La primera es el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que se aplica a todos los trabajadores con independencia del nivel salarial, y este año ha supuesto un 0,8% de su nómina —aunque se elevará progresivamente hasta el 1,2% en 2029—. Y la segunda medida es la 'cuota de solidaridad', que grava únicamente la parte de las retribuciones que supera la base máxima de cotización (unos 59.000 euros anuales en 2025) y que busca que los salarios más altos contribuyan de forma adicional a la financiación del sistema de pensiones.

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