Al día siguiente de anunciar sus recetas al problema de la inmigración en Murcia, en una cumbre de presidentes autonómicos del PP, Feijóo estaba invitado a un almuerzo en Madrid. Expectación máxima. Casi un centenar de empresarios y altos ejecutivos acudieron a un céntrico hotel para escuchar e interrogar (sin la presencia de periodistas) al líder de la oposición.
Tras una intervención aseada, de unos 20 minutos, llegó el turno de las preguntas, que fue lo más interesante del almuerzo. El tema central: Vox.
Núñez Feijóo dijo que, en estos momentos, el centro derecha en España se encuentra en máximos en lo que a expectativa de voto se refiere. Dio los siguientes datos para avalar su afirmación: Aznar ganó por mayoría absoluta en 2000 con el 44,52% de los votos; Rajoy ganó por mayoría absoluta en 2011 con un 44,63% de los votos. Ahora, sumados PP y Vox llegarían al 52% de los votos. Son los datos que maneja el PP. Si nos fijamos en la media de las encuestas en septiembre, la suma de PP y Vox estaría rozando el 50%. Para el caso, da lo mismo. Lo cierto es que nunca antes en España un porcentaje cercano al 50% había estado dispuesto a votar a partidos de la derecha.
A esa situación se ha llegado por el desgaste y la corrupción del gobierno de Pedro Sánchez. Pero es algo que podría cambiar. Por eso Feijóo quiere elecciones cuanto antes y por eso también Sánchez quiere alargar la legislatura lo más posible.
Hay otro elemento a tener en cuenta -aunque a ello no se refirió el líder del PP-: la dispar evolución de Vox y la del PP en los últimos meses. En septiembre de 2024, la media de todos los sondeos daba al PP un porcentaje 34%, mientras que a Vox lo situaba en un 11,5%. Un año después, en septiembre de este año, la media de encuestas coloca al PP con un 32,5%, mientras que a Vox lo elevan al 16,5%. Es decir, que, en los últimos doce meses, el PP ha bajado punto y medio y Vox ha subido cinco puntos.
Y aquí viene lo importante del mensaje de Feijóo. El PP, dijo, tiene que ganar dos millones de votos más, y eso sólo puede conseguirlo en su mayor parte por la derecha. Pongamos los puntos sobre las íes. Un 16,5% de Vox supondría un poco más de 4 millones de votos. Con su porcentaje actual, el PP obtendría algo más de 8 millones de votos. Pues bien, Feijóo se propone arrebatarle la mitad de los votos que ahora tendría Vox. Es decir, alcanzar los 10 millones de votos, lo que le permitiría al PP gobernar en solitario.
Feijóo quiere quitarle casi dos millones de votos a Vox y eso sólo puede hacerlo con políticas a la derecha
Alguien le preguntó si esa estrategia significaba que el PP renunciaba a priori a cualquier acuerdo con la formación liderada por Santiago Abascal. Feijóo se mostró cauto. Es difícil, confesó, porque ya lo intentamos y no fue posible. Reveló que en 2023, después de las elecciones municipales y autonómicas, le propuso a Abascal aplazar los acuerdos en comunidades autónomas hasta después de las generales, que, hábilmente, había adelantado Pedro Sánchez. Pero el jefe de Vox dijo que no. O se llegaba a acuerdo antes, o nada. De ahí lo que pasó en Valencia. Luego, añadió, se le propuso a Abascal que retirase las candidaturas de Vox en siete provincias en las que, según los sondeos, no iba a obtener escaño. Pero también dijo que no. Resultado: el PSOE pudo sumar una mayoría de investidura.
Para Feijóo el problema es que Vox tiene más interés en consolidar su papel en el grupo Patriotas por Europa (donde comparte cartel con el partido de Le Pen y el de Viktor Orbán) que en derrocar a Sánchez, mientras que para el PP lo prioritario es el relevo en La Moncloa. Aún así, se empeñó en intentar algún acuerdo.
Ahora se entiende mucho mejor la ofensiva del PP en el tema de la inmigración, que es la principal bandera de Vox para ganar espacio. Con su "visado por puntos", con la propuesta de un mayor control de la inmigración y de expulsar a los que delincan de manera reiterada, lo que pretende el PP es precisamente eso: frenar el crecimiento de Vox y tratar de robarle votos al partido de Abascal.
Curiosamente, la propuesta del PP, que contempla una mayor puntuación para los inmigrantes que conozcan la lengua española, se parece bastante a la de Junts, que ha sido rechazada en el Congreso. ¿Habría alguna posibilidad de un acercamiento entre el PP y el partido de Puigdemont? Terreno resbaladizo para el PP. Aquí, Feijóo desveló que en 2023 hubo un acercamiento y que Junts reconoció sentirse más cómodo acordando con el PP que con el PSOE. Sin embargo, la condición de que el PP, si Feijóo llegaba al gobierno, avalara una ley de amnistía rompió la negociación. A eso sí que estuvo dispuesto Sánchez.
Se habló de otros temas, como del equipo del PP (tengo el equipo que puedo tener, se resignó Feijóo), pero los asuntos principales fueron los que ya he relatado. En fin, aunque algún comensal acudió al encuentro con un indisimulado escepticismo, al final, todos salieron muy contentos. Feijóo es ya su líder sin discusión.
Te puede interesar
3 Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registradoLo más visto
hace 9 segundos
Austria, Alemania…y luego será España.
El PP dirá y prometerá que hará políticas de derechas y luego pactará con la psoe para dejar bien claro que el pacto que manda es el pacto de la UE.
Pacto de fronteras abiertas, aborto libre, leyes ecohistéricas que nos arruinan r ideología de género.
EL VOTO ÚTIL DE DERECHAS Y PATRIOTA ES EL DE VOX
hace 1 hora
Aquí cada uno gira según sus intereses. El de Feijóo está en intentar sacar mayoría absoluta en las próximas elecciones generales y en por lo menos, llegar a ser Presidente del Gobierno.
El de Sánchez, catedrático en giros, está en mantenerse en el poder hasta el último momento y en seguir siendo el líder del batiburrillo de la izquierda y adláteres.
En política, como en el fútbol, no vale jugar mejor, solo vale ganar, aunque sea al final y de penalti injusto.
hace 3 horas
Feijóo es una veleta