Reducir la ingesta diaria de alimentos entre 500 y 1.000 calorías por debajo de las necesidades diarias y sumar entrenamientos de alta intensidad. Así es como funciona la llamada dieta de recorte, un plan extremo que se ha popularizado en las redes sociales y del que debemos huir totalmente. Aunque promete resultados rápidos, los expertos advierten que puede ser insostenible, provocar déficits nutricionales, fatiga e, incluso, un peligroso efecto rebote si no está supervisada por profesionales.

Alfonso Carabel, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Centro Médico-Quirúrgico Olympia Quirónsalud (Madrid), alerta sobre sus riesgos. "El principio que sigue este método es hacer un déficit energético rápido, aumentando el gasto energético con el ejercicio y restringiendo la ingesta energética a través de la alimentación", explica.

Alfonso Carabel, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Centro Médico-Quirúrgico Olympia Quirónsalud (Madrid).

Este experto considera que el método podría resultar efectivo si la cantidad de ejercicio se ajusta bien al déficit que se hace con la alimentación y el gasto metabólico de la persona, si bien cree que no es sencillo de calcular, y con las calorías sugeridas lo hacen un sistema poco sostenible en el tiempo debido a un déficit muy severo.

Los peligros para la salud de esta dieta

Seguir una dieta muy baja en calorías, prosigue, puede tener efectos negativos tanto a nivel nutricional como metabólico, ya que no sólo cuentan las calorías, sino también cuenta de dónde proceden. "Cuando se hacen estas dietas, mucha gente sólo se centra en el número de calorías, pero no es lo mismo 500 kilocalorías de un helado que de un plato de pescado, de patata y de verdura".

De hecho, si el déficit energético es muy grande y no se cuidan los micronutrientes que se ingieren, podrá tener consecuencias a corto plazo como, por ejemplo, una anemia, fatiga severa o falta de concentración. "Si esto se mantiene en el tiempo, las consecuencias a nivel metabólico pueden ser mayores y tener afectación hormonal", añade Carabel.

Los peligros que las dietas de recorte conllevan para la salud dependen del déficit energético que se produzca. De manera que si la persona tiene un gasto metabólico (lo que su cuerpo consume para vivir), por ejemplo, de 1.200 kcal, y gasta 600 kcal con el ejercicio y come 1000 kcal, hace un déficit de 800 kcal que, bien controlado por un profesional, puede ser seguro en un periodo controlado de tiempo. 

"Pero si, por ejemplo, sólo come 500 kcal, el déficit será de 1.300 kcal diarias, que difícilmente será sostenible y podría tener consecuencias de deficiencias nutricionales en un corto periodo de tiempo", alerta el experto del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Centro Médico-Quirúrgico Olympia.

También hay efecto rebote

A su vez, este experto sostiene que mediante las dietas de recorte puede darse un efecto rebote, consecuencia de no haber ajustado bien la cantidad de ejercicio realizado con la ingesta energética: "Si sometemos al cuerpo a una restricción muy severa y no modificamos nuestro estilo de vida, cuando volvamos a la normalidad produciremos una subida energética muy rápida que producirá un aumento de peso".

Eso sí, aclara Alfonso Carabel que, si por lo contrario, en ese periodo aprovechamos para meter ese ejercicio en nuestra rutina y cuidar la forma en la que comemos, se podrá estabilizar el peso.

Por ello, ve peligroso implementar de manera drástica una dieta muy baja en calorías mientras se aumenta la actividad física: "Si una persona no realiza ejercicio de manera habitual, e incrementa ejercicio, y reduce su ingesta energética, el déficit que va a hacer va a ser mayor del que puede asumir ya que no sabe cómo se va a comportar su cuerpo, ni con el aumento de ejercicio, ni con la restricción calórica".

El experto de Olympia considera que lo aconsejable es realizar primero el aumento de ejercicio con la ingesta habitual, que seguro que ya va a tener beneficios en la composición corporal. "O que una persona que ya hace ejercicio de manera habitual redujese un poco la ingesta si quiere ajustar un poco más su peso. Pero no es adecuado hacer los dos cambios a la vez", advierte.

Recomendaciones para una pérdida de peso saludable

Carabel recuerda que, a la hora de perder peso de manera saludable, lo primero que debe implementarse es un hábito diario de ejercicio o de actividad física. "Esto nos va a asegurar un gasto energético diario, además de mantener sanos y funcionales los músculos y los huesos", precisa este doctor.

Posteriormente, una vez tengamos el hábito de actividad, el jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición del Centro Médico-Quirúrgico Olympia apuesta por controlar la ingesta energética y adecuarla a la actividad que hacemos.

"Los días que la actividad física es superior, la ingesta también deberá serlo comiendo alimentos más energéticos. En cambio, los días que no tengamos tiempo, o que no hagamos actividad, deberemos restringir un poco la ingesta, o comer alimentos con menor carga energética. De esta manera, mantendremos un equilibrio duradero que nos permitirá haciendo pequeños ajustes en el gasto o en la ingesta modular nuestro peso fácilmente", concluye este especialista.