Ana Galeote –fisioterapeuta, antropóloga, fundadora de PhysioWods y autora con más de 300.000 seguidores en Instagram– publica Cuerpo solo hay uno (Bruguera), una guía para moverse mejor, vivir más y, sobre todo, vivir mejor. No es un libro de autoayuda ni un manual de fitness al uso, sino una traducción práctica de lo que la ciencia y la experiencia clínica saben hoy sobre longevidad.
Galeote ha pasado años atendiendo a pacientes, observando cómo pequeños cambios posturales alivian dolores crónicos y viajando a lugares donde la gente vive más de cien años, como Okinawa, una isla japonesa conocida por su población centenaria. "La acción más pequeña es mejor que la intención más grande", escribe. Y con esa idea ha construido un método que une fisioterapia, movimiento y hábitos sostenibles. A continuación, los diez pilares, desarrollados en su libro, para vivir más y mejor.
1. Muévete todos los días: 20 minutos son mejores que ninguna intención
Galeote parte de una premisa sencilla: el cuerpo está diseñado para moverse. Su programa Healthy Movement propone sesiones breves, de unos 20 minutos, que se pueden realizar en casa sin material especializado. La clave no es la intensidad, sino la constancia: el ejercicio regular mantiene las articulaciones lubricadas, activa la circulación y mejora la postura. "Hacer poco todos los días es infinitamente más eficaz que hacer mucho de vez en cuando", resume la autora.
2. Empieza por la movilidad
La mayoría de las lesiones y dolores crónicos derivan de un mismo problema: la pérdida de movilidad. Antes de lanzarse a levantar peso o correr, Galeote recomienda recuperar el rango natural de movimiento en tobillos, caderas, hombros y espalda. En Cuerpo solo hay uno dedica un capítulo entero a ejercicios sencillos para cada articulación, con fotos y secuencias progresivas. Moverse sin dolor no es una consecuencia del entrenamiento: es su punto de partida.
3. Haz fuerza: no por estética, sino por supervivencia
El músculo no es solo cuestión de forma física, sino de salud. La fuerza muscular se asocia directamente con una mayor esperanza de vida: estudios recientes muestran que la capacidad de apretar con la mano –la llamada prensión manual– es un predictor fiable de mortalidad. Galeote insiste en trabajar cuádriceps, glúteos y brazos como forma de prevención. La pérdida de masa muscular (sarcopenia) acelera el envejecimiento, reduce la movilidad y multiplica el riesgo de caídas.
4. Camina más y siéntate menos
Entrenar una hora al día no compensa pasar las otras 23 sentado. Subir escaleras, ir andando al trabajo o levantarse cada hora son gestos que reducen el riesgo cardiovascular y la inflamación. Galeote aconseja marcarse un objetivo de pasos realista: pasar de 2.000 a 8.000 diarios puede reducir de forma significativa el riesgo de mortalidad. No se trata de contabilizar, sino de recuperar una relación natural con el movimiento.
5. Mejora tu capacidad cardiorrespiratoria
Uno de los conceptos que Galeote explica con más énfasis es el VO₂ máx, abreviatura de "volumen máximo de oxígeno". Mide la cantidad de oxígeno que el cuerpo puede utilizar durante el ejercicio intenso; es, en esencia, una medida de la eficiencia del corazón y los pulmones. Cuanto mayor sea tu VO₂ máximo, mayor será tu capacidad para transportar oxígeno a los músculos y mantener el esfuerzo. En términos de longevidad, es una de las variables más predictivas: las personas con mejor forma cardiorrespiratoria viven más y con menos enfermedades crónicas. Bastan tres o cuatro sesiones semanales de actividad aeróbica –caminar rápido, nadar, montar en bici o subir cuestas– para mejorar notablemente este indicador.
6. Duerme y respeta tus rutinas de recuperación
El descanso no es tiempo perdido: es cuando el cuerpo se repara. Dormir mal afecta al sistema hormonal, a la respuesta inflamatoria y al equilibrio emocional. En los estudios de longevidad citados por Galeote, las poblaciones más saludables mantienen horarios estables y rituales de final del día: bajar las luces, cenar pronto, evitar pantallas. Dormir bien no solo ayuda a rendir mejor, sino a mantener la musculatura y la función cognitiva.
7. Come sencillo y coherente
En el libro no hay dietas milagrosas ni suplementos de moda. Galeote aboga por lo que llama "nutrición coherente": comer alimentos reales, frescos y variados, y evitar la sobrecomplicación. Más que prohibir grupos de alimentos, invita a entender cómo responde tu cuerpo. "No hay una dieta perfecta, pero sí hay patrones que se pueden sostener toda la vida", escribe. La coherencia, no la perfección, es el verdadero objetivo.
8. Mantente social y con propósito
Durante su investigación, Galeote visitó Ogimi, una pequeña localidad de Okinawa conocida por tener una de las mayores concentraciones de personas centenarias del mundo. Allí observó algo llamativo: sus habitantes no se jubilan del todo, no dejan de tener una razón para levantarse. Tienen un ikigai, una palabra japonesa que significa "motivo para vivir". Esa sensación de propósito, unida a la vida comunitaria y a la actividad cotidiana (trabajar en el huerto, cuidar nietos, reunirse con amigos), resulta ser tan protectora como una buena dieta o el ejercicio. Galeote propone recuperar ese modelo: relaciones reales, no virtuales; vínculos que den sentido al esfuerzo.
9. Prevenir caídas es ganar vida
Las caídas son una de las principales causas de dependencia y mortalidad en mayores. Mejorar el equilibrio y la fuerza de piernas es una inversión de futuro. Ejercicios de una sola pierna, subir escaleras o practicar disciplinas como yoga o taichí ayudan a reforzar la estabilidad. Un entorno doméstico adaptado –buena iluminación, alfombras seguras– complementa la prevención. A cierta edad no se trata de "hacer deporte", sino de evitar perder autonomía.
10. Aplica la regla del 1%
La regla del 1% que Galeote utiliza como cierre del libro procede de la psicología del cambio de hábitos: mejorar un 1% cada día conduce a un cambio radical a largo plazo. Si caminas un minuto más, duermes cinco minutos mejor o haces una repetición extra, ese progreso mínimo, mantenido en el tiempo, se acumula de forma exponencial.
"El cuerpo se transforma con pequeñas decisiones repetidas, no con gestas puntuales", resume la autora. Lo importante no es la perfección, sino la dirección.
Una filosofía de vida más que un método
Cuerpo solo hay uno no promete milagros. Propone volver al cuerpo como territorio de cuidado: moverlo, alimentarlo, escucharlo. Desde la fisioterapia y la evidencia científica, Ana Galeote ha convertido su experiencia clínica y su comunidad digital en un manual de longevidad práctica. Su mensaje se aleja del optimismo superficial del puedes con todo: aquí no hay atajos, sino responsabilidad y disciplina. Si cuerpo solo hay uno, cuidarlo deja de ser una opción estética y se convierte en una forma de libertad.
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