Fina Miralles atendió la llamada del ministro Ernest Urtasun desde el hospital de Figueras, donde se recupera de un problema de salud. "Yo me preguntaba cuándo se despertarían los de Madrid. Ya tocaba". La frase, dicha sin reproche ni connotaciones políticas, contiene el humor y la distancia con que la artista catalana ha vivido el reconocimiento oficial. A sus 75 años recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas 2025, un galardón que el jurado ha justificado por "su papel pionero desde los años 70 en el marco del feminismo y de posturas ecologistas tempranas, reivindicando la relación del ser humano con la naturaleza".

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Miralles ha celebrado celebró la unanimidad del jurado y el avance de las mujeres en su campo. "Es estupendo que haya chicas jóvenes que estén despertando. Hay que ir para adelante y expresarse sin miedo". Más despertares. La artista ha recordado también el peso del miedo durante su juventud: "Unos 25 años de mi vida he estado con la Guardia Civil armada por cualquier sitio".

Nacida en Sabadell en 1950 y formada en Barcelona, Miralles es una figura central de las prácticas conceptuales en Cataluña. En los años 70 realizó acciones y performances como Natura morta (1972), Dona-arbre (1973) o Relació del cos amb elements naturals en accions quotidianes (1975). Su trabajo se mostró en espacios como Sala Vinçon, Sala Tres o el Espai 13 de la Fundación Miró. Más tarde, su investigación derivó hacia la pintura y el dibujo, con piezas como Doble horitzó (1979-1981), antes de concentrarse en las fotoacciones desarrolladas en Cadaqués.

Vida y arte, inseparables

"El arte y la vida son inseparables", asegura. "No puedes dedicarte al arte y además tener una familia. El arte es una vida total y absoluta". Desde el hospital, Miralles añadió: "Estoy bien, tengo que aprender otra vez a andar, pero ya sin dolores".

La decisión del jurado prolonga una alternancia casi exacta entre hombres y mujeres en el palmarés de los últimos años: Pedro G. Romero (2024), Teresa Lanceta (2023), Rogelio López Cuenca (2022), Dora García (2021), José María Yturralde (2020), Àngels Ribé (2019). En 2018, Miralles había recibido el Premi Nacional d’Arts Visuals de la Generalitat. Siete años después, "los de Madrid" han reconocido una obra ajena al mercado, más atenta al vínculo entre cuerpo, paisaje y lenguaje que al circuito institucional. "Lo destinaré a la obra y a hacer algún remiendo en casa", declaró a Europa Press sobre los 30.000 euros del premio.

Su trabajo forma parte de las colecciones del MACBA (que le dedicó una retrospectiva en 2020), el Reina Sofía y el Museu d’Art de Sabadell. Desde su cama en Figueras, repite una idea que ha sostenido toda su vida: el arte no se hace, se vive.

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