El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció anoche una cena en la Casa Blanca para agradecer a un grupo de empresarios y grandes donantes las "enormes cantidades de dinero" que han prometido aportar a la construcción de un nuevo salón de baile anexo a la residencia presidencial valorado en 200 millones de dólares.
El acto tuvo lugar en el Salón Este y reunió a más de tres decenas de altos ejecutivos de compañías como Amazon, Apple, Google, Microsoft y Lockheed Martin, además de reconocidos aliados financieros del mandatario, entre ellos el magnate petrolero Harold G. Hamm y los hermanos Tyler y Cameron Winklevoss, fundadores de la plataforma de criptomonedas Gemini.
Recién llegado de su triunfo diplomático en Egipto, Trump calificó a los asistentes de "leyendas" y justificó la construcción del salón –de unos 8.600 metros cuadrados y con capacidad para 1.000 personas, como parte de una ampliación de más de 27.000 metros cuadrados– como una necesidad para "mostrar al mundo la grandeza de Estados Unidos" y disponer de un espacio adecuado para recibir dignatarios extranjeros. "Querían tener un salón de baile, y nunca se hizo porque no tenían un agente inmobiliario", bromeó.
Pagar por tener acceso a Trump
El proyecto, sin embargo, ha generado numerosas críticas entre quienes advierten de posibles conflictos de intereses. Richard W. Painter, exabogado de la Casa Blanca durante el mandato de George W. Bush, consideró que la cena "muestra de qué trata realmente el proyecto: pagar por tener acceso" al presidente. Según dijo al New York Times, el evento "es una forma de obtener entrada no solo al recinto presidencial, sino al propio presidente de Estados Unidos".
Durante su intervención, Trump afirmó que algunos de los presentes habían ofrecido contribuciones de hasta 25 millones de dólares y aseguró que la obra "se completará por debajo del presupuesto previsto". También mostró a los asistentes modelos de un nuevo arco conmemorativo que planea levantar cerca del Cementerio Nacional de Arlington.
Bromas sobre Venezuela
En un discurso que, como es habitual en él, mezcló agradecimientos, anécdotas y comentarios sobre política exterior, el presidente aludió además a los recientes ataques de su Administración contra embarcaciones en aguas próximas a Venezuela, que calificó de operaciones contra el narcotráfico. "Ya nadie quiere hacer nada cerca del agua", ironizó entre risas.
Según la lista facilitada por la Casa Blanca, entre los invitados figuraban representantes de Altria, Booz Allen Hamilton, Caterpillar, Coinbase, Comcast, Meta, Micron Technology, NextEra Energy, Palantir, Ripple, Tether, Union Pacific y fundaciones filantrópicas como la Adelson Family Foundation y la Laura & Isaac Perlmutter Foundation.
La Casa Blanca no ha ofrecido detalles sobre el mecanismo de financiación ni sobre el papel que podrían desempeñar los donantes en el proyecto, que se construirá dentro del complejo presidencial.
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