En pleno debate sobre si la figura del autónomo representa flexibilidad o precariedad en las economías desarrolladas, los datos de España muestran que cada vez más trabajadores suman horas fuera de su jornada, pero no fichando: facturando. El pluriempleo en España crece, sí, pero lo hace sobre todo por el tirón de los autónomos. Desde 2019, el número de trabajadores que combinan su empleo principal con otro secundario por cuenta propia ha crecido un 60,2%, hasta casi alcanzar los 200.000 (199.800) ocupados. En cambio, los que compatibilizan su trabajo con un segundo empleo por cuenta ajena —es decir, bajo el Régimen General— apenas han pasado de 316.600 a 358.600, un aumento del 13,3% y una velocidad casi cinco veces inferior a la de los autónomos.
De acuerdo con los datos del tercer trimestre de 2025 de la Encuesta de Población Activa (EPA) que ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en total, España cuenta con 559.800 personas que, al menos, tienen dos empleos —el INE desglosa hasta el segundo empleo, pero no cuantifica cuántos acumulan tres o más—, un 26,5% más que en el tercer trimestre de 2019, cuando se registraron 442.400.
Esta evolución no solo refleja un aumento en el número de pluriempleados, sino también un cambio en su composición. Aunque los asalariados siguen siendo mayoría, su peso relativo se reduce frente al avance de los autónomos. En los últimos seis años, 75.100 trabajadores han optado por compatibilizar su empleo principal con uno por cuenta propia, frente a los 42.000 que han añadido un segundo empleo en el Régimen General. Además, al desglosar cómo se configura el pluriempleo, el cambio de la tendencia se acentúa: cada vez son más los que deciden buscar su segunda fuente de ingresos fuera de la relación laboral tradicional.
Aunque todas las combinaciones laborales han aumentado desde 2019, el perfil del asalariado con segundo empleo también como asalariado muestra signos de agotamiento: se han perdido 27.600 trabajadores ocupados bajo esta modalidad desde el tercer trimestre de 2024 y el incremento acumulado respecto a 2019 es de apenas un 12,2%.
Por su lado, los asalariados que compatibilizan su puesto principal con un segundo empleo como autónomo han crecido un 50,6% y los autónomos que suman otro empleo también por cuenta propia lo han hecho un 84,9%. Por último, los autónomos que han optado por un segundo empleo como asalariados han aumentado un 20,1%. Una evolución que subraya cómo el pluriempleo en España se desplaza progresivamente del terreno de la nómina al de la factura.
¿Es bueno que haya menos autónomos?
Todo comenzó con un artículo del periódico Vozpópuli titulado Mínimo histórico en los autónomos: ya solo representan un 14% del empleo en España, que se viralizó en redes sociales y reabrió un viejo debate: ¿es positivo que haya menos trabajadores por cuenta propia? A partir de esta pieza, numerosos usuarios comenzaron a discutir si la reducción del número de autónomos es una señal de fortaleza del mercado laboral o un síntoma de estancamiento empresarial.
El economista Eduardo Garzón fue uno de los primeros en intervenir, escribiendo en X (antes Twitter): "Tener menos autónomos es síntoma de desarrollo económico". En la misma línea, el profesor e investigador de la Universidad de Mondragón, especializado en estudios sobre desarrollo y exdiputado del Parlamento Vasco por Podemos, Julen Bollain, apuntó que “menos autónomos significa más empleo estable y menos precariedad encubierta bajo la etiqueta de emprendimiento”, acompañando su argumento con ejemplos de países con menor proporción de autónomos y mayor estabilidad laboral.
En una posición más matizada, el economista Juan Ramón Rallo apuntó a través de su canal de YouTube, que una reducción del número de autónomos puede ser positiva o negativa dependiendo de su causa. “Puede ser una buena noticia si esos antiguos autónomos han encontrado un empleo asalariado que les ofrece mejores condiciones que aquellas de que disfrutaban siendo trabajadores autónomos; pero no lo sería si se redujera el porcentaje de autónomos porque el Gobierno los persigue y los aboca a quedarse sin alternativa profesional”, explicó.
El debate pronto saltó de las redes a la arena política. Este martes, durante la XXIV edición de los Premios Autónomo del Año, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, defendió la figura del trabajador por cuenta propia como motor económico: "Estos días hemos escuchado en algunos de los altavoces mediáticos que apoyan al Gobierno —que son muchos—, decir, cito literalmente, 'es bueno que cada vez haya menos autónomos'. Oye, ¿pero qué desconocimiento es este? ¿Con qué cara se le dice a una persona que ha invertido sus ahorros y su tiempo que es bueno que fracase?".
Por su lado, el presidente de ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos) y vicepresidente de CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Lorenzo Amor, pidió que el debate no se quede en el plano ideológico y se centre en las condiciones reales del colectivo. Durante su intervención en los premios, reclamó "que ningún autónomo que esté en pluriactividad tenga que cotizar por la base máxima del sistema", del mismo modo que ningún trabajador asalariado con varios empleos cotiza por encima de ella.
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