Cada vez son más las terrazas y los balcones de España que tienen un elemento curioso, botellas de plástico que cuelgan de su techo, amarradas con cuerdas o sujetas a las barandillas. Lo que podría parecer, a primera vista, una tendencia estética, o una forma de reciclaje casero, en realidad tiene una finalidad muy funcional. Este truco de doméstico se están convirtiendo en un método muy eficaz, con un bajo coste y respetuoso con el medioambiente, que ayuda a ahuyentar a las aves.
El auge de las botellas en los balcones
La utilización de botellas de plástico para espantar palomas y otras aves no es un invento, pero sí ha cobrado fuerza en los últimos meses. En ciudades donde las aves ensucian balcones, plantas o ropa tendida, esta forma práctica y accesible asegura espantarlas. Consiste en colocarlas en la propia barandilla o colgarlas en el techo en el caso de que sea posible, y rellenarlas parcialmente con agua. Los reflejos del sol hacen su trabajo y producen destellos que confunden a los animales haciéndoles evitar la zona.
Los reflejos y el movimiento
La clave está en la luz y el movimiento porque, cuando el sol da sobre el plástico y sobre el agua, genera brillos que son molestos para las aves, al igual que el movimiento de las botellas que el viento provoca, proporcionando un efecto visual que afecta a la expulsión de los pájaros. Este mecanismo no es peligroso para las aves y no las asusta de forma agresiva sino que simplemente las hace buscar alternativas diferentes.
El papel de la botella como herramienta ecológica
Las botellas que se cuelgan en los balcones no sólo ayudan a espantar las palomas; es un modo extremadamente fácil de hacerle dar una segunda vida a las botellas de plástico, de contribuir al reciclaje y, lo que es muy importante, de no producir desperdicios en casa. En lugar de tirar las botellas vacías, hay gente que prefiere reciclarlas, adaptarlas como un práctico utensilio que, además, no consume energía ni requiere de mantenimiento.
Beneficios frente a otros métodos
La eficiencia que ofrecen las botellas, a diferencia de las redes o los aparatos con ultrasonidos, es que no generan residuos ni generan gastos adicionales. Las botellas son lo suficientemente resistentes como para no verse afectadas ni por el sol, ni por el viento ni por la lluvia, y pueden estar colgadas durante muchos meses sin sufrir daños, una fórmula simple pero altamente eficiente, que se ha convertido en una preferencia para la gente que busca una manera natural y respetuosa con el medio ambiente para mantener limpios sus espacios exteriores.
Cómo colocar las botellas correctamente
Si se decide llevar a cabo este truco, se recomienda que las botellas estén colgadas en el lugar donde el sol caiga de una forma perpendicular. El truco consiste en llenar las botellas con agua hasta la mitad, cerrarlas adecuadamente con su tapón y después atarlas con una cuerda muy resistente. Si el balcón recibe poca luz solar, se puede envolver la botella con papel de aluminio o cinta reflectante para poder potenciar los escasos destellos.
Una tendencia práctica y sostenible
Algo que comenzó siendo una simple recomendación entre vecinos se ha acabado convirtiendo en una moda que mezcla funcionalidad con sostenibilidad. Cada vez más personas se dan cuenta de que un objeto tan sencillo como una botella de plástico podría mejorar la vida en los entornos urbanos, mantener limpios los espacios y promover el respeto por el medio ambiente y por los animales. En definitiva, una moda que, en vez de ser pasajera, retrata una mayor conciencia ecológica de los hogares.
Te puede interesar
Lo más visto
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado