Es una corriente que empieza a destemplar el cuerpo. Por ahora no arrastra ni moja, pero sí incomoda, y mucho. En el PNV hace meses que están inquietos. La tensión aflora en el rictus de sus dirigentes. La sensación de que las cosas no avanzan, de que sus promesas no se cumplen pero deben aguantar apuntalando a Sánchez está instalada. No se pueden permitir ser ellos quienes le dejen caer. Bloqueados y algo paralizados el escenario que parece que lejos de mejorar, empeorará. A su aún nuevo presidente del EBB, Aitor Esteban, los ocho meses en la presidencia del partido se le han hecho largos. A la situación de inestabilidad política y judicial que rodean al Gobierno de Pedro Sánchez, se suman los escándalos de corrupción que, al menos de forma indiciaria y según apuntan los informes de la UCO, podrían haber rozado a su partido.
Esteban lo ha tenido que desmentir en numerosas ocasiones. El PNV no tiene nada que ocultar, insiste. Incluso acusa al PP y a determinados medios de comunicación de querer vincular a su partido con la trama Cerdán, “no hay absolutamente nada, estamos tranquilos, no nos van a amedrentar cuatro titulares sin rigor”, ha asegurado esta semana.
Pero al presidente del PNV los disgustos se le han ido acumulando en los últimos meses. Parece incluso que le han ido consumiendo. Su aspecto algo desmejorado es evidente respecto al Esteban de su periodo como portavoz en el Congreso. No es para menos. Su llegada al partido no fue sencilla en marzo de este año. Lo hizo tras confrontar candidatura con Andoni Ortuzar. Para evitar la fractura y ante la previsible derrota, su antecesor dio un paso atrás. Pero para entonces el partido ya había mostrado sus costuras, su división. Después, llegaron los desencuentros con el PSE en Euskadi y los disgustos con el PSOE y el Ejecutivo Sánchez en Madrid.
Esta semana ha vuelto a ocurrir. Un informe de la UCO obligaba a Esteban a salir al paso para dar la cara y decir que no, que el PNV no tiene nada que ver y que no conoce al aludido. El último informe sobre Santos Cerdán, elaborado por la Guarida Civil, incluía un documento con un presunto mensaje del exsecretario general del PSOE a Koldo García. En él se podía leer el enunciado “peticiones nombramientos” del PNV. La fecha es importante: 7 de junio de 2018, apenas una semana después de la moción de censura que apoyaron los nacionalistas vascos contra Rajoy y que aupó a Sánchez al poder.
Informes de la UCO
En el citado mensaje se apunta que el PNV habría solicitado mantener en la dirección de evaluación medio ambiental del Ministerio a Javier Cachón, “fue nombrado por Zapatero y es buen profesional”, se apunta. También se incorpora una petición de “puesto importante” en Adif, la SEPI o el INI: “Vienen del PNV el lunes por la tarde para decirme y explicarme”, se señala en la citada nota. Esteban quiso dejarlo claro horas después: “No tengo ni idea de quién es ese señor Cachón”. También que desconoce por qué figuraba esa petición en los mensajes incautados a la trama Cerdán, “no sé, quizá Cerdán querría mezclarlo todo”. Esteban insiste en que fue él quien participó en las conversaciones de investidura y que nada de eso estuvo sobre la mesa.
El tal ‘señor Cachón’ fue el director general de Biodiversidad y Calidad Ambiental que años atrás dio el visto bueno a la declaración de impacto ambiental de Mina Murga. El proyecto de esta mina de potasa fue uno de los primeros en los que participó la empresa que unía a Antxon Alonso y a Santos Cerdán: Servinabar. El grupo ‘Mining Team’ se constituyó en 2017 para participar en la explotación de la citada mina. El 31 de octubre de 2019 el proyecto logró la declaración favorable de impacto ambiental. Servinabar hacía sólo cuatro años que se había fundado, en 2015, el mismo año en el que comenzó el mandato de la candidata del PNV en Navarra, Uxue Barkos.
A finales de agosto pasado el presidente del partido también tuvo que salir a negar que conociera a Antxon Alonso Egurrola, “ni idea de quién es”. La instrucción del ‘caso Koldo’ acababa de aflorar una declaración de Cerdán según la cual recurrió al citado empresario y socio suyo para facilitar un encuentro entre el PSOE y el PNV y EH Bildu para negociar la investidura de Sánchez. Otegi sí reconoció haberse visto hasta en cuatro ocasiones con su vecino de Elgoibar, con Antxon. Esteban, no: “No fue intermediario de nada, fuimos nosotros los que negociamos con Cerdán y con Abalos”.
"No sé quién es ese señor"
De Iñaki Alzaga no dijo que no le conociera, pero sí que no era militante del PNV. Pero el empresario sí se mueve en la órbita del partido. En la mediática y en la empresarial. La UCO detectó que poseía el 4% de una filial de Servinabar, Alegure. Alzaga, presidente de Nortegas y exdirectivo de Euskaltel, también es consejero delegado del grupo mediático más afín al PNV: Grupo Noticias. Un entramado mediático al que dio patrocinio Servinabar en uno de sus eventos, el ‘Foro Hiria’.
Ahora, el último de los informes ha incorporado otro de los documentos incautado a Cerdán. Se trata de un extracto según el cual los investigadores sospechan que el propietario de un 4% de Servinabar “podría ser” el hijo del director del Diario de Noticias de Navarra, Joseba Santamaría. Un documento según el cual fue en 2016 cuando se formalizó esa adquisición de 120 participaciones de la empresa, de la 1.529 a la 1.649, por parte de A.S. Su padre ha negado rotundamente esta información, “ni mi hijo, ni yo ni nadie de mi familia hemos firmado documento alguno con Servinabar”, aseguró en una nota. Insistió en que no ha existido ninguna relación “mercantil, económica o laboral” con la empresa de Antxon, “es falso”.
En Navarra se sitúa el origen de la trama ‘Cerdán-Koldo’, con ramificaciones en Euskadi. En realidad, es en el País Vasco de donde surgen muchos de los personajes que revolotean en torno a los casos que ahora investiga la Justicia. Y tanto en la Comunidad Foral como en Euskadi el PNV está presente en la mayor parte de los ámbitos de poder.
Adjudicaciones
Koldo García nació en Barakaldo. Leire Díez, la ‘fontanera’, es de Portugalete, el pueblo de Patxi López. En Elgoibar, el municipio guipuzcoano donde nació Arnaldo Otegi, fue donde también nació otro de los protagonistas de la trama que salpica a los exdirigentes del PSOE. Antxon Alonso nació allí. En el caso de Cerdán, fue en Milagro, la localidad navarra donde ahora se refugia tras haber logrado la libertad condicional.
Por el momento todo son sospechas, nada suficientemente acreditado de posible irregularidad. Pero en Navarra la lista de adjudicaciones que están bajo sospecha de la oposición no sólo afectan a los gobiernos del PSN sino también recaen sobre contratos obtenidos en el periodo de gobierno del PNV -a través de su marca Geroa Bai- en Navarra entre 2015 y 2019.
Servinabar se constituyó el mismo año en el que Barkos comenzaba a gobernar en la Comunidad Foral. El acuerdo revelado por la UCO de que Cerdán poseía el 45% de Servinabar tiene fecha del 1 de julio de 2016. Un año más tarde, en 2017, el Ejecutivo foral adjudica a la sociedad, a través de la consejería de Cultura y Deporte en manos de Geroa Bai la reforma del Pabellón Navarra Arena por 3,7 millones. Al año siguiente la UTE de la que formaba parte la sociedad de Antxon y Cerdán se hizo con otra adjudicación: una promoción de viviendas protegidas por 6,8 millones de euros. Ese mismo año Acciona y otra sociedad de Antxon lograron una adjudicación para construir un colegio público en Arbizu por 2,6 millones de euros.
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