Es el elemento que queda por conquistar. En tierra, el espacio y la convivencia entre usos agrícolas y urbanos que requiere la explotación energética no siempre es sencilla. La demanda de energía seguirá creciendo en el futuro lo hará a un ritmo trepidante que la generación deberá intentar satisfacer al mismo ritmo. Sin embargo, la presencia cada vez mayor de parques fotovoltaicos en laderas y amplias extensiones rurales comienza a ser foco de tensión:  más parques y más extensos que comienzan a ‘contaminar’ en exceso en algunos casos el entorno natural. Por eso, la mirada en muchos lugares del planeta comienza a situarse sobre otra superficie basta y virgen para levantar estas instalaciones solares: el mar. También España ha comenzado a hacerlo.

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Hasta ahora los proyectos más avanzados de uso del mar han sido los referidos a la energía eólica. Si bien aún son escasos, la imagen de aerogeneradores en el mar es cada vez más familiar. En cambio, ver placas solares en alta mar sigue siendo algo más excepcional. Hasta ahora, en España las iniciativas fotovoltaicas sobre el agua, flotantes, se habían limitado a instalaciones como pantanos o depósitos de agua dulce, pero no en el mar. Naturgy ha desarrollado la que es la primera iniciativa solar marina en nuestro país. Contará con dos unidades de 500 Kw que ya están en construcción y cuya prueba piloto está prevista para el próximo mes de marzo en la costa junto al Puerto de Valencia.

Las dos unidades en las que se trabaja, en colaboración con la startup española, BlueNewables, están pensadas para su implantación en entornos oceánicos. Sustentadas sobre un soporte tipo catamarán, permitirán situar las placas solares a una distancia algo mayor de la superficie marina y reducir así el impacto de las olas y del salitre, mejorando el mantenimiento y rendimiento de las placas. Por ahora se trata de una experiencia piloto que a lo largo de dos años permitirá analizar el resultado, los costes y el funcionamiento de este primer parque fotovoltaico flotante de España.

Asía, el continente 'flotante'

No es el primer proyecto de estas características en la península. EDP cuenta en Portugal con el que es hasta el momento el mayor parque solar flotante de Europa. En este caso no está instalado sobre una superficie marina sino sobre el embalse de Alqueva construido sobre el río Guadiana, en Alentejo. Cuanta con 12.000 placas solares distribuidas en un área de 4 hectáreas y que suman 5 MW de capacidad y un potencial de producción de 7,5 GWh al año. También en Portugal, la compañía cuenta con otro parque más pequeño, de 840 paneles, en Rabagao.

La apuesta por el mar es una vía que cada vez gana mayor impulso. Entre sus ventajas, según señala el sector, estaría que no supone una ocupación de suelo terrestre, en muchos casos destinado para otros usos. Sin embargo, este tipo de instalaciones también requieren de cuidados y riesgos importantes como la salinización o la corrosión. La investigación en estas instalaciones intenta ahora mejorar los sistemas de soporte y de mantenimiento. Estas iniciativas en otros lugares del mundo también se han llevado a cabo en colaboración con otros proyectos de acuicultura que combinan el uso como instalación energética con explotaciones destinadas a la pesca.

Hasta el momento, es Asia el continente donde mayor impulso está adquiriendo esta fórmula de ‘parques flotantes’ de energía solar. Sin duda, China es la gran potencia con parques inmensos como el existente en la provincia de Shandong, en la bahía de Jiaozhou que abarca 1.223 hectáreas y cuenta con 3.000 plataformas con una capacidad de generación energética de 1,76 GWh. En este caso las placas están instaladas sobre flotadores capaces de resistir las mareas, la corrosión o la adhesión de elementos marinos.

España, un país de presas

En el caso de España, una de las vías con mayor potencial, además del mar, por sus muchos kilómetros de costa, radica en su amplia red de plantas hidráulicas y pantanos. Nuestro país es el que dispone de mayor número de instalaciones de este tipo en Europa, potencialmente susceptibles de acoger instalaciones de parques solares flotantes. En España existen registradas 1.225 presas hidráulicas. En este caso el impacto del agua es menor, al tratarse de agua dulce, y permiten a la instalación hidráulica y a la eléctrica beneficiarse mutuamente. La existencia de un parque de estas características limita el calentamiento del agua y por tanto su evaporación y al mismo tiempo, reduce el riesgo de calentamiento que sufren las placas solares, al enfriarse gracias al agua y mejorar así su rendimiento y reducir su impacto.

El pasado mes de septiembre, la Asociación Catalana de Comunidades de Regantes (ACATCOR) y la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) firmaron un acuerdo por el que, entre otras medidas, se facilitarían proyectos fotovoltaicos en las infraestructuras vinculadas al regadío. De este modo, se podrán instalar estructuras de placas solares aprovechando los canales o balsas de riego de las explotaciones.

Esta fórmula de parques solares flotantes comenzó a desarrollarse con fuerza en 2015 y desde entonces no ha dejado de crecer. Pese a que China posee actualmente cerca del 70% del total de capacidad instalada en el mundo, otros países asiáticos también han mostrado un gran interés y desarrollo por esos sistemas. Es el caso de Japón, Corea del Sur, Filipinas o Vietnam. En Europa los países que también comienzan a desarrollar estos sistemas son Alemania, Holanda, Francia y ahora España.

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