Las empresas españolas elevan un 6% la financiación captada en los mercados procedente de bonos y acciones durante el primer semestre del año, hasta los 16.000 millones de euros. Así se desprende de la octava edición de su informe Indicadores clave de rendimiento de la Unión de los Mercados de Capitales que presenta la Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME) este miércoles en Bruselas.
El informe evalúa y estudia el rendimiento de los mercados europeos durante el primer semestre de 2025. En el citado periodo, el informe destaca una fuerte apuesta por las emisiones de deuda frente a la captación de capital.
Frente a ello, las ofertas públicas de venta (OPV) experimentaron una caída del 49%, hasta los 800 millones de euros y las ampliaciones de capital se redujeron un 31%, hasta los 400 millones de euros. En total, el 7% de la financiación de las empresas no financieras españolas procedió de la financiación basada en el mercado (bonos y acciones). Se trata de un nivel que se mantiene sin cambios respecto al mismo periodo de 2024 y está por debajo de la media de la UE (13%), así como de la de Reino Unido (29,8%) y de la EEUU (29,8%).
Además, las compañías emitieron 10.800 millones de euros en bonos corporativos con grado de inversión, un 3% más que en 2024. Se trata del nivel más alto registrado en el país en los últimos años, si bien el crecimiento se sitúa por debajo de la media de la UE. Por su parte, la emisión de bonos de alto rendimiento (high yield) experimentó un aumento anualizado del 42% durante el primer semestre, hasta los 4.000 millones de euros.
"El informe muestra señales positivas en el acceso al capital para las empresas españolas, que recurren cada vez más al mercado de deuda, pero también pone de manifiesto el estancamiento del mercado de renta variable y la necesidad de reforzar la financiación vía capital", destaca Adam Farkas, director ejecutivo de AFME.
En su opinión, "España necesita seguir avanzando hacia una Unión del Mercado de Capitales plenamente integrada, que permita diversificar las fuentes de financiación, movilizar el ahorro de los hogares y apoyar la transición verde y digital de las empresas".
Asimismo, destaca que la necesidad de una simplificación de la regulación. "También será determinante garantizar que el marco regulatorio europeo sea claro y ágil. Reducir la complejidad innecesaria y los costes asociados puede impulsar la inversión y la innovación, fortalecer la competitividad y ayudar a movilizar capital privado para que la UMCE pueda cumplir plenamente sus objetivos", enfatiza.
En este sentido, considera esencial contar con un entorno competitivo para la banca. "Para que las empresas sean competitivas a escala global, necesitan acceso a los mercados de capitales internacionales, un acceso que proporcionan los bancos". "Reducir la complejidad regulatoria permitirá canalizar capital público y privado, mejorar la liquidez del mercado y ayudar a que las empresas europeas crezcan y compitan a escala mundial", remata.
El informe pone de manifiesto que la Unión Europea se mantiene en una posición rezagada frente a sus homólogos globales, con una actividad de OPV débil, un creciente peso de los mercados privados y fuertes diferencias nacionales en el acceso a capital.
Por otro lado, el informe de AFME destaca que España sigue siendo uno de los emisores más activos de financiación sostenible en Europa, aunque el volumen total de bonos ESG se redujo un 12% interanual, hasta los 9.500 millones de euros. Esta caída ha tenido lugar como consecuencia de una reducción en las emisiones de bonos verdes (- 40%) y sociales (-100%), compensada en parte por un repunte excepcional del 181% en bonos sostenibles. Pese a este dinamismo, solo el 4,9% del total de bonos emitidos en España contaron con etiquetado ESG, frente al 10,7% de media en la UE.
Entre las emisiones realizadas en el primer semestre del año, destaca la emisión de 1.500 millones de euros realizada por la Comunidad de Madrid y otra por el mismo valor por parte de la Junta de Andalucía.
En cuanto al capital riesgo, el 1,7% de la inversión total en pymes procedió de esta vía en el primer semestre de este año, frente al 0,4% del mismo periodo de 2024. • Durante la última década, el valor del indicador de capital de riesgo en la UE casi se ha duplicado, pasando del 1,8% en 2015 al 3,5% en 2025, aunque aún por debajo de los niveles observados en los dos años de euforia de mercado vinculada al Covid.
Por otro lado, el informe también señala que los hogares españoles mantienen un bajo nivel de inversión en los mercados de capitales. En 2025, el equivalente al 66% del PIB nacional se encuentra invertido en acciones cotizadas, bonos, fondos de inversión y productos de seguros o pensiones, muy por debajo de la media europea (94%) y de economías como Dinamarca (194%) o los Países Bajos (164%).
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