La batalla por el etiquetado de las frutas y hortalizas producidas en el Sáhara Occidental irrumpe este miércoles en el pleno del Parlamento Europeo, donde se vota el acto delegado que permitiría identificar como procedentes de supuestas “regiones marroquíes” productos cultivados en el Sáhara Occidental, un territorio pendiente de descolonización según Naciones Unidas. El Partido Popular español ha decidido romper con la posición del PSOE y presentar una objeción formal contra la propuesta, convencido de que la Comisión Europea pretende encubrir el origen saharaui bajo nombres administrativos creados por Marruecos.
La portavoz de Agricultura del Partido Popular, Carmen Crespo Díaz, sostiene que la modificación normativa supone un riesgo legal, económico y estratégico para la agricultura europea. Considera que permitir el etiquetado regional “El Aaiún-Sakia El Hamra” o “Dajla-Ued Eddahab” sustituiría en la práctica la obligación de especificar Sáhara Occidental como origen, tal como dictan las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE.
Según el comunicado de prensa, Crespo ha rechazado de "manera rotunda" el cambio de etiquetado que permitiría sustituir el país de origen por denominaciones regionales, lo que en la práctica ocultaría el país de procedencia. “Este cambio vulnera las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE y deja totalmente indefensos a los agricultores y ganaderos europeos”, sostiene. Y agrega: “La Comisión Europea no puede permitir que se imponga un etiquetado que oculta el país de origen y que confunde deliberadamente al consumidor. Europa no puede renunciar a la transparencia en materia de trazabilidad ni al cumplimiento de sus propias normas”.
El PP denuncia además que la Comisión ha impulsado esta reforma sin contar con el Parlamento, rompiendo la práctica habitual en los acuerdos comerciales. Crespo alerta del impacto económico de un texto que, afirma, profundiza la desventaja competitiva del agricultor europeo frente al producto importado desde Marruecos. “Estamos ante un acuerdo con Marruecos opaco y poco transparente que se ha negociado de espaldas al Parlamento. Un acuerdo que no nos convence y cuyo cambio en el etiquetado vendría a endurecer la situación al generar una doble competencia desleal al agricultor”, desliza.
La eurodiputada andaluza considera que el acuerdo que la Comisión Europea y Marruecos negocian nuevamente para sortear las sentencias del TJUE "no se ha adaptado a la realidad de la UE tras el Brexit ya que los contingentes de importación siguen sin actualizarse". "Solo en tomate, España ha perdido el 50 % de su cuota en la UE y hasta el 80 % en el Reino Unido, mientras Marruecos ha incrementado la suya un 70 %", alerta. “No podemos aceptar acuerdos ni actos delegados que profundizan una competencia desleal que ya está desbordando a los productores europeos. (...) Europa no puede permitir un etiquetado que hace imposible garantizar la trazabilidad ni proteger a quienes producen bajo las normas más estrictas del mundo”.
La ofensiva del PP en Estrasburgo se suma a la reunión mantenida la semana pasada por cinco diputados nacionales de la formación que dirige Núñez Feijóo con un representante del Frente Polisario en Canarias y por la aprobación en el Congreso de los Diputados de hasta tres Proposiciones No de Ley -dos de ellas presentadas por el PP- que exigen al PSOE revertir el histórico cambio de posición en el conflicto del Sáhara alineándose con las tesis de Rabat.
Un Parlamento dividido y una votación que puede marcar rumbo
La votación de este miércoles llega tras un debate en el que eurodiputados del PPE, Verdes, La Izquierda y Patriotas por Europa acusaron a la Comisión de intentar alterar el sentido de las sentencias europeas y legitimar de facto la presencia marroquí en el Sáhara.
"Es un descaro", denunció el italiano Herbert Dorfmann (PPE), acusando a Bruselas de ignorar deliberadamente la jurisprudencia y actuar como la oficina comercial de Marruecos. Eurodiputados criticaron que la Comisión justificara la iniciativa en negociaciones bilaterales con Rabat, admitiendo que la excepción no deriva de la legislación europea, sino de acuerdos políticos.
La tensión es tal que algunos parlamentarios ven en este voto algo más que comercio o etiquetado: una disputa por quién decide en la UE. Lo resumió el irlandés Luke Ming Flanagan (La Izquierda): "Aquí todos los elegidos democráticamente vamos en una dirección, y la Comisión en otra".
ONG, asociaciones de consumidores y el Frente Polisario preparan nuevas acciones legales si el texto prospera. Si el reglamento sale adelante, el caso podría regresar a Luxemburgo; si la objeción del PP y otros grupos suma apoyos suficientes, la Comisión recibirá el mensaje más contundente hasta la fecha: el Parlamento no está dispuesto a avalar atajos jurídicos para sostener el comercio con Rabat.
La posición final del PP
En su objeción, los populares reclaman reformar el acuerdo comercial con Marruecos, incluir cláusulas de reciprocidad, la creación de una Oficina Europea de Control de Importaciones y el refuerzo de los controles de los puntos de inspección fronteriza (PIF) de los puertos europeos para garantizar el cumplimiento estricto de los contingentes y los estándares fitosanitarios, sociales y medioambientales. No para romper puentes, matizan, sino para garantizar igualdad de condiciones.
“Queremos relaciones comerciales con Marruecos, pero relaciones claras, transparentes y que respeten las normas europeas. No vamos a permitir que se ponga en riesgo la competitividad, el futuro y la dignidad de nuestros agricultores y ganaderos con acuerdos que siguen sin estar adaptados a la realidad de Europa”, asevera Crespo.
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