La sala es sencilla. Una docena de pantallas, seis mesas y tres operarios. Nada hace sospechar que no existe nada igual en el mundo, que lo que ahí se está trabajando no se había hecho antes. Tampoco que se trate de un punto neurálgico vital del sistema eléctrico español. Una suerte de ‘nave nodriza’ desde la que con un sólo ‘click’ se puede alterar el funcionamiento de una unidad de ciclo combinado ubicada a cientos de kilómetros, arrancar o parar centros en cualquier punto del país o dar instrucciones en tiempo real a instalaciones en Barcelona, Galicia o Andalucía.
En las pantallas los operarios no quitan ojo a las 17 unidades de ciclo combinado que Naturgy opera en nuestro país. En las pantallas una maraña de datos se van actualizando en tiempo real. En sus manos tienen la vigilancia de los 7,4 GW de potencia instalada que poseen la compañía y que sólo este año habrán sido capaces de generar 15 TWh de energía, el equivalente al consumo de 4,5 millones de hogares.
El nuevo Centro de Control Remoto (CCR) de Naturgy está ubicado en Sagunto (Valencia). Los técnicos aseguran que la elección de esta localización se adoptó por su ubicación y comunicación más adecuada. Desde esta sala pionera en el mundo se supervisa y se opera las 24 horas del día cada uno de las 17 centrales que gestiona la gasista. Los expertos aseguran que se trata de un hito tecnológico y operativo sin precedentes que permite ganar en eficiencia, flexibilidad a la hora de operar y optimizar al máximo la gestión de estas instalaciones clave en el sistema energético español.
Y cada vez lo es más. El apagón del pasado 28 de abril hizo que Red Eléctrica optara por operar en modo reforzado, dando un mayor peso a las energías convencionales como el gas. En el mes de octubre el ciclo combinado lideró el ‘mix energético’, con un peso del 23%. En noviembre se situó como segunda energía con un 18% de peso y los últimos días de esta semana de diciembre está siendo la energía con mayor presencia. En lo que vamos de año la producción de los ciclos combinados ha crecido un 33% respecto al mismo periodo del año pasado.
Mayor flexibilidad operativa
Lograr armar un sistema como el que opera el CCR de Sagunto no ha sido nada sencillo. La idea comenzó a fraguarse en 2020 pero no ha sido hasta cinco años más tarde cuando se ha hecho realidad. Cada ciclo combinado es un mundo, con sus sistemas de control, estructuras propias y fabricantes distintos. Ser capaces de armonizar esas realidades, esos sistemas de control y funcionamiento ha requerido el diseño de un sistema tecnológico e informático complejo. Los responsables del CCR subrayan que el principal avance es la flexibilidad de operación y disponibilidad en la toma de decisiones que aporta. Decisiones como poder dar una orden de arranque o cese a un ciclo combinado situado a cientos de kilómetros, “y que todo funcione correctamente”, asegura Pedro Larrea, director general de Redes de Naturgy.

No en vano, cada año se producen más operaciones de arranque de los ciclos combinados. En los últimos años el número se ha disparado. Este año, el mayor protagonismo de los ciclos combinados, ha hecho que se espere cerrar con alrededor de 3.000 arranques, cuatro veces más que en 2019. Esa flexibilidad y respaldo para poder adecuar la oferta a la demanda casi en tiempo real es una de las aportaciones fundamentales que tienen los ciclos combinados. Un refuerzo cuando los picos de demanda no pueden ser cubiertos por las renovables y que tienen a primera hora de la mañana y última de la tarde los periodos más críticos. Una función en la que la capacidad de actuación que aporta el nuevo Centro de Control Remoto de Naturgy supone un avance sin precedentes.
El Centro de Control remoto de los ciclos combinados se sumará a otros CCR similares que Naturgy posee. En estos casos son para el control de su red de parques eólicos y fotovoltaicos de España y México, situado en A Coruña, así como el centro que existe en Ourense para el control de las instalaciones hidráulicas.
El siguiente reto pasa por ir incluso un poco más allá: construir un centro de control virtual. Los responsables de Naturgy aseguran que poder disponer de un ‘gemelo virtual’ del CCR supondría un avance importante en el desarrollo de los mecanismos de control y operación de estos centros energéticos. El control a distancia que ahora se ha desarrollado abre la puerta a operar sistemas incluso a mayor distancia, en otros países, con el potencial que ello supone en la gestión de ciclos combinados para la compañía.
Armonizar sistemas
Armonizar sistemas de fabricantes diferentes con los que se trabajaba hasta ahora, como General Electric, Aston o Siemens ha requerido años de trabajo y una inversión importante. El proceso para constituir el nuevo centro de operaciones ha supuesto 8 millones de inversión. Operar un ciclo combinado es más complejo que otro tipo de instalaciones energéticas renovables. El uso de la inteligencia artificial también ha tenido su papel en todo el proceso.

Los 17 ciclos combinados de Naturgy lo convierten en el principal operador, con una potencia conjunta de 7,4 GW. Sólo el mantenimiento de toda esta infraestructura supone una inversión anual que, tras el incremento de actividad de este año, ha alcanzado ya los 120 millones de euros. Los llamados ‘mantenimientos mayores’ suponen entre cinco y ocho semanas de trabajos de revisión y actualización de las unidades. Paradas de actividad en la que se revisan todos los elementos con cerca de medio millar de operarios participando. Se trata de procesos que suelen llevarse a cabo cada tres años.
En Naturgy subrayan que centros de control remoto como el de Sagunto han elevado la eficiencia y flexibilidad en el modo de operar los ciclos combinados. Su principal aportación es la capacidad para supervisar y optimizar en tiempo real y de manera conjunta toda la flota de ciclos. Además, el empleo de la inteligencia artificial en los procesos de optimización del arranque y parada de las instalaciones y poder disponer de un mantenimiento predictivo “han permitido desarrollar prácticas y modelos que redundan en una mayor disponibilidad de los activos contribuyendo a una reducción de los costes y emisiones de CO2 para el sistema”.
Mecanismos de retribución
Destacan que los ciclos combinados están evolucionando para operar con gases renovables y mejorar su eficiencia y flexibilidad “alineándose con los objetivos climáticos a largo plazo en materia de emisiones”: “Es fundamental impulsar esta energía renovable para abordar los objetivos nacionales de descarbonización”.
Al mismo tiempo, desde la operadora gasística se reclama habilitar mecanismos para retribuir la disponibilidad de estas instalaciones “ante situaciones de estrés en el suministro”. Consideran que es necesario para asegurar su sostenibilidad económica y su papel estratégico como refuerzo del sistema: “Hasta ahora no existe un mecanismo de retribución directa de este servicio, que las centrales de ciclo combinado prestan continuamente”.
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