Sabes lo que hiciste el 16 de abril de 1973. Aquel día nos paralizamos todos para escuchar en la radio que un coche matrícula GC 66192 se salió de una curva camino de Madrid, llevándose a nuestra mejor voz. Nino Bravo, que en realidad se llamaba Luis Manuel Ferri Llopis, nos sigue estremeciendo con las notas potentes, mantenidas, llenas de ternura y firmeza que dejó grabadas en aquellos vinilos y musicassettes. Nuestro Sinatra nos privó de enormes momentos llenos de emoción al lado del transistor durante las décadas siguientes.

Otra de las voces que conquista, en este caso en todo el mundo, es la de una enorme diva con aspecto de loca tierna pero que en realidad, se confirma, lo tiene todo muy claro: Barbra. La Streisand el viernes que viene cumplirá 78 años. Se le cayó una “a” accidentalmente al nombre cuando pensó, olé ella, que le ayudaría a llamar la atención cuando comenzó a ser artista. Esa determinación hacia el éxito es la que hizo que se graduara a los 16 y fuera también (a la vez) a dos escuelas de actores. Una de ellas, pagando con horas de canguro. Esto va por quien sigue pensando que el éxito es cuestión de suerte. Esfuerzo y perseverancia. Tuvo que esperar 10 años a conseguir los derechos de Yentl, y los esperó. Y se tiró dos años de rodaje.

Por cierto, lo de cantar fue de rebote. Nunca tomó una sola clase de canto en su vida. Pero como ganó un show de talentos en un club, comenzó como cantante de cabaret en Nueva York, y lo demás es Historia de la Música. 

La higiene, tan importante estos días, es muy bueno aprender de los grandes a extenderla también a las palabras que pensamos y pronunciamos

Pertenece al club de los EGOT: solamente 14 personas han sido ganadores de Emmy, Grammy, Oscar y Tony. Estamos hablando de la única artista que tiene un álbum número uno en listas del mundo en seis décadas consecutivas: las décadas de 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010. Compárese con la influencer de turno. 

Este domingo 19 cumple 79 años otra voz con esa melancolía que solamente un acento portugués puede transmitir. En este caso llegó al mundo en Cachoeiro de Itapemirim, Espírito Santo, Brasil. Un gato que estaba triste y azul (nadie que piense en español hubiera puesto ahí un color) lanzó a Roberto Carlos al número uno en todas las radios en 1979. Bueno, la culpa de que el gato tenga color fue de quien tradujo al español la canción original de “Toto” Savio y Giancarlo Bigazzi. De su triunfo, la máxima responsable es su forma única de cantar baladas empapadas de saudade, ese extraño vocablo en portugués de imposible traducción. Menos mal que no le quisieron como cantante de Bossa Nova por flojo. Un TOC le obliga a vestirse siempre de celeste, blanco y azul y a actuar once meses al año, que agosto le da mala suerte. Elige incluso cuidadosamente las palabras sustituyendo las malas tipo “infierno” o “maldad”. 

La higiene, tan importante estos días, es muy bueno aprender de los grandes a extenderla también a las palabras que pensamos y pronunciamos.