La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha dado un paso trascendental en la estructura arbitral al anunciar la renovación completa del Comité Técnico de Árbitros (CTA), prescindiendo de su presidente, Luis Medina Cantalejo, y del responsable del VAR, Carlos Clos Gómez. Esta decisión, que también afecta a los tres vicepresidentes y otros altos cargos del comité, marca el inicio de una nueva etapa en el arbitraje español, enmarcada en un proceso de modernización y adaptación a las demandas actuales del fútbol nacional.

PUBLICIDAD

La federación ha explicado que esta profunda reestructuración responde a la voluntad de abrir un periodo de mayor diálogo y colaboración, donde participen representantes del colectivo arbitral, clubes profesionales y la propia RFEF. El objetivo es sentar las bases de un modelo arbitral más moderno, eficiente y transparente, que se ajuste a las necesidades y retos del fútbol español contemporáneo.

Medina Cantalejo, que asumió la presidencia del CTA en diciembre de 2021, deja el cargo tras un mandato marcado por la polémica del 'caso Negreira' y las críticas de algunos clubes, especialmente del Real Madrid, sobre el funcionamiento arbitral y el uso del VAR. Junto a él, también dejan sus funciones Clos Gómez, figura clave en la implantación y gestión del videoarbitraje, y otros miembros destacados del comité, como Antonio Rubinos Pérez, Vicente Lizondo Cortés, Bernardino González Vázquez y José Luis Lesma López.

La RFEF ha querido agradecer públicamente la labor de la cúpula saliente, destacando su profesionalidad y compromiso en un contexto especialmente exigente. Sin embargo, subraya la necesidad de avanzar hacia una estructura arbitral que refuerce la profesionalidad, el rigor y la cercanía con todos los estamentos del fútbol español.

La nueva dirección del CTA será presentada oficialmente el próximo 2 de julio, momento en el que se conocerán los nombres y el perfil del equipo encargado de liderar esta nueva etapa. La federación aspira a que este cambio impulse la confianza en el arbitraje y mejore la relación con clubes y aficionados, consolidando un sistema más abierto y participativo.

En definitiva, la renovación del CTA supone un giro estratégico de la RFEF, que busca dejar atrás viejas polémicas y apostar por un arbitraje más moderno, transparente y adaptado a los desafíos del fútbol actual.

PUBLICIDAD