El estadio San Mamés ha dado un paso significativo hacia la modernización y el cuidado sostenible de su entorno deportivo mediante la implantación de una solución inteligente de sensorización y monitorización del césped. Gracias a esta innovadora iniciativa, uno de los campos más emblemáticos del fútbol español se convierte en pionero en la utilización de la tecnología para optimizar la gestión de su superficie de juego. Esta visión innovadora no solo apuesta por la excelencia deportiva, sino que también responde a las demandas actuales de eficiencia y sostenibilidad.

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La base del proyecto reside en la instalación de una red de sensores inteligentes distribuidos estratégicamente por todo el césped. Estos dispositivos recopilan en tiempo real datos sobre variables fundamentales como la temperatura, humedad, nivel de luz, pH del suelo, conductividad eléctrica, e incluso la cantidad de agua presente en distintas capas del terreno. Toda esta información, una vez recolectada, es enviada a una plataforma digital de gestión avanzada, donde los encargados del estadio pueden acceder a dashboards personalizados y recibir alertas automáticas ante cualquier desviación de los niveles óptimos.

Una de las principales ventajas de este sistema es la monitorización continua, permitiendo anticipar y corregir a tiempo situaciones que podrían afectar la salud y la calidad del césped. Por ejemplo, detectar periodos de sequía o exceso de humedad tempranamente permite ajustar el riego de modo preciso, lo que reduce el consumo de agua y previene la aparición de enfermedades. Del mismo modo, el análisis del pH y la nutrición del suelo orienta la aplicación de fertilizantes, evitando gastos innecesarios y minimizando el impacto ambiental.

El objetivo no es solo mantener el césped en las mejores condiciones para la competición. La solución implantada también facilita la planificación del mantenimiento, optimizando el trabajo diario de los jardineros y profesionales encargados del campo. Gracias a la sensorización, pueden priorizar tareas, organizar el calendario de siegas y tratamientos, y actuar con rapidez en caso de que algún parámetro salga de los rangos ideales.

Esta apuesta por la transformación digital en el cuidado de infraestructuras deportivas supone una ventaja competitiva para San Mamés y un modelo a seguir para otros estadios. La utilización de tecnologías inteligentes contribuye no solo al ahorro de recursos, sino también al compromiso con el medio ambiente y a la mejora continua de las instalaciones. En un contexto donde la innovación y la eficiencia son claves, el estadio bilbaíno demuestra estar preparado para afrontar los retos del futuro, garantizando que tanto los equipos como los aficionados puedan disfrutar de un terreno de juego en perfectas condiciones.

En definitiva, la sensorización y monitorización del césped en San Mamés es un ejemplo palpable de cómo la tecnología aplicada al deporte puede transformar la gestión de grandes espacios y unir tradición y modernidad bajo una misma filosofía: la búsqueda de la excelencia y la sostenibilidad.

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