La de Valentin Vacherot puede ser la historia del año en el mundo del tenis. Este sábado ha tumbado a Novak Djokovic en las semifinales del Masters 1000 de Shanghái, algo ya, de por sí, extraordinario. Pero si a eso le añadimos que el monegasco es actualmente el número 204 del mundo, que llegó a China desde la fase previa (después de que otros nueve jugadores se bajaran), que jamás había llegado tan lejos en un torneo de este calibre y que puede jugarse el título contra su primo, que disputa la otra semifinal... la hazaña alcanza otra dimensión.
Nacido el 16 de noviembre de 1998 en Roquebrune-Cap-Martin, Francia, aunque bajo bandera de Mónaco, Valentin Vacherot tiene 26 años, mide 1,93 metros y juega con la derecha, con revés a dos manos. En su juventud compaginó estudios y tenis en la Universidad de Texas A&M, donde se entrenó tanto física como mentalmente para afrontar el circuito profesional. Su entrenador es su medio hermano, Benjamin Balleret, también exjugador monegasco, y su primo, Arthur Rinderknech, es otro tenista habitual del circuito ATP.
Hasta Shanghái, Vacherot era un tenista desconocido para el gran público. Su mejor ranking había sido el puesto 110, alcanzado a mediados de 2024, no cuenta con títulos ATP en su palmarés y la mayoría de sus triunfos han sido cosechados en torneos Challenger. Lo que ha vivido esta semana en China, sin embargo, cambia su biografía de golpe: el jugador monegasco se ha convertido en el finalista de Masters 1000 con peor ranking de la historia -actualmente el 204 del mundo- y en el primero de su país en alcanzar una instancia así.
La caída de Djokovic
El partido de hoy en Shanghái parecía, en principio, un trámite para Djokovic, que confiaba en poder llevarse en China su segundo título del año. Pero desde los primeros juegos se notó algo inusual: el serbio no dominaba los intercambios con la comodidad habitual. Vacherot, confiado en su servicio, plantó cara desde el primer golpe. Djokovic llegó a romperle el saque al inicio, pero el monegasco respondió de inmediato y recuperó el equilibrio del marcador con un juego agresivo, apoyado en un primer servicio que rozó el 80 % de efectividad.
A medida que avanzaba el primer set, Vacherot empezó a soltar el brazo. Se movía rápido, buscaba las líneas y no parecía intimidado por la magnitud del rival. Djokovic, en cambio, comenzó a mostrar signos de incomodidad. En el tramo final del parcial pidió atención médica por molestias en la zona lumbar, y aunque volvió a la pista, su movilidad ya no era la misma. Vacherot aprovechó la oportunidad: cerró el primer set por 6-3 con una frialdad impropia de un jugador de sus características e historial.
El segundo set fue más equilibrado, pero el patrón se mantuvo. Vacherot jugó con inteligencia, evitando los largos intercambios y apostando por puntos cortos que impidieran a Djokovic entrar en ritmo. El serbio resistió, pero cada juego le costaba más esfuerzo físico y mental. Cuando el marcador llegó al 5-4 a favor de Vacherot, un par de errores no forzados sellaron su suerte. El monegasco cerró el encuentro con un servicio directo, sin apenas celebrarlo. 6-3, 6-4, marcador final.
Un posible duelo familiar
El cuento aún puede tener un giro más sorprendente. En la otra semifinal del torneo espera Arthur Rinderknech, primo de Vacherot, que se enfrenta a Daniil Medvedev. Si el francés logra imponerse, la final de Shanghái será un duelo familiar: dos primos criados entre raquetas y veranos en las pistas del sur de Francia, ahora frente a frente por un título de los grandes.
Más allá de lo que ocurra mañana, Vacherot ya ha hecho historia. Su victoria no solo le garantiza una irrupción meteórica en el ranking, sino que lo instala en el imaginario de las grandes sorpresas del tenis moderno. De ser un jugador sin focos a doblegar a Djokovic en una semifinal de Masters 1000, en apenas dos horas de juego, hay un salto que ha convertido una gesta deportiva ya en un relato inolvidable.
Lo más visto
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado