El Rose Bowl Stadium de Los Ángeles fue testigo de una noche agridulce para el Atlético de Madrid, que aunque venció 1-0 al Botafogo brasileño, vio cómo sus sueños en el Mundial de Clubes 2025 se desvanecían por la diferencia de goles, según informa Europa Press.

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Los colchoneros necesitaban una goleada de tres tantos o más para clasificar a octavos de final, pero la resistencia del campeón de la Libertadores y un arbitraje polémico frustraron sus aspiraciones.

Desde el pitazo inicial, el Atlético mostró clara superioridad en el control del balón, pero paradójicamente fueron los brasileños quienes tuvieron las ocasiones más claras. 

Jan Oblak se convirtió en el héroe temprano del encuentro con una parada espectacular ante Savarino en un mano a mano que pudo haber cambiado el rumbo del partido.

La frustración rojiblanca comenzó a crecer cuando el árbitro mexicano César Ramos anuló un penalti claro sobre Julián Álvarez, alegando una falta previa de Sorloth tras consultar el VAR. 

Los de Simeone reclamaron hasta tres penaltis en el primer tiempo, pero el colegiado mantuvo su criterio restrictivo.

El segundo tiempo trajo más de lo mismo: dominio atlético sin efectividad. Simeone movió el banquillo introduciendo a Griezmann por Gallagher, buscando el talento individual que rompiera la férrea defensa brasileña. 

El francés se ubicó inicialmente por la banda derecha antes de moverse a la izquierda tras el ingreso de Correa.

Las noticias del segundo gol del PSG ante Seattle llegaron cuando faltaba media hora, aumentando la presión sobre un Atlético que necesitaba tres tantos para el milagro. 

Sorloth desperdició un gran centro de Llorente, mientras Oblak tuvo que volver a aparecer para evitar el gol de Igor Jesús .

Cuando todo parecía perdido, en el minuto 86, una jugada de Julián Álvarez por la izquierda encontró solo a Griezmann en el segundo palo. 

El francés, que llevaba 19 partidos sin marcar, empujó el balón a la red para romper su sequía y abrir el marcador. 

Sin embargo, el tanto llegó demasiado tarde para cambiar el destino de un equipo que pagó caro la goleada inicial ante el PSG.

Los últimos minutos fueron de pura desesperación atlética, pero Botafogo mantuvo la compostura para certificar su pase a octavos como segundo de grupo. 

El Atlético, pese a sumar seis puntos de nueve posibles, se despidió del torneo con la amarga sensación de haber merecido más. 

Simeone, visiblemente molesto, no ocultó su frustración con las decisiones arbitrales, mientras Griezmann reconoció que el equipo se había dejado todo en el campo .

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