Los coches de Tesla ya se pueden comprar en España. Los dos modelos más populares de la compañía, el Model S y el Model X, ya se pueden pedir a la compañía y el usuario los tendría en casa en un plazo de entre dos y tres meses, previo pago, eso sí, de más de 80.000 y 103.000 euros respectivamente.

Los vehículos de la compañía fundada por el visionario sudafricano Elon Musk no tienen, eso sí, todas las funciones activas. El modo de conducción automático aún no está totalmente legalizado en España, por lo que el conductor siempre debe estar a los mandos y contará con ayudas a la conducción. El coche podrá, eso sí, frenar y acelerar solo o incluso cambiarse de carril. Esto lo consigue con un gran número de sensores y cámaras colocadas por todas partes del vehículo.

De momento es raro ver un Tesla por las calles españolas, pero El Independiente ha tenido la oportunidad de subirse a uno. Es el que ha traído a la capital Cabify, que durante más de dos semanas lo ha puesto a disposición de sus usuarios en las vías madrileñas. Cualquiera que haya utilizado la popular aplicación ha tenido la oportunidad de realizar el trayecto en un Tesla Model S por el mismo precio de la modalidad más barata de la compañía, la clase Lite.

Sensación de poder

"Lo primero que sientes al conducir este coche es poder y potencia. Te puede sacar de cualquier situación crítica". Son palabras del Jesús, el chofer del Tesla S que ha recorrido las calles de Madrid. Viene de Málaga con el vehículo, y aún no se ha acabado de acostumbrar a conducir un coche que llama la atención de viandantes y el resto de automóviles. "Es el coche más fotografiado de Marbella, Málaga, Valencia... Vayas donde vayas. Los otros conductores se ponen a la par para poder hacerle fotos", cuenta Jesús. No habíamos recorrido 100 metros cuando podemos certificar que dice la verdad.

El coche tiene un autonomía de 400 kilómetros, que se pueden reponer en los superchargers que Tesla tiene colocados por la geografía española. De momento no hay un gran número de ellos, pero la costa mediterránea ya tiene instalados los suficientes como para recorrerla sin grandes preocupaciones. Para localizarlos sólo hay que encender la pantalla central del Tesla S, que cuenta con una versión beta exclusiva de Google Maps, para encontrarlos vía GPS.

"El viaje de Málaga aquí lo hemos hecho sin problema", cuenta Jesús. "Sólo tuvimos que recargar cerca de Jaén para llegar hasta Madrid con todavía algo de autonomía", explica. Apenas hacen falta cuatro horas para cargar hasta arriba las baterías.

"Es un coche que te enseña a ser paciente", dice Jesús. Pero sobre todo te enseña "a tener mucho cuidado con el resto de vehículos". El Tesla S es tan silencioso, por sus motores eléctricos, que los otros coches y los peatones no lo oyen al acercarse. "Muchas veces la gente cruza la calle de oído, pero al no producir ruido hay mucha gente que no nos escucha llegar".

Rápido crecimiento

El Tesla que ha recorrido estas semanas las calles de la capital forma parte de una estrategia de márketing de Cabify. La empresa española de alquiler de vehículos con conductor cuenta con un gran número de vehículos eléctricos dentro de su flota en toda España, algo que les distingue de sus competidores.

La compañía fundada por Juan de Antonio acaba de desembarcar en Barcelona para poner en práctica su estrategia de agresivo crecimiento. "Barcelona es uno de los mercado más complejos de España", explica a El Independiente el director general para España de la compañía, Mariano Silveyra. "Siempre intentamos tener todo atado y bien atado, acorde a la regulación, y por eso nuestra llegada a la Ciudad Condal ha sido más complicada y se ha demorado", dice.

Esa es otra de las diferencias entre Cabify y el resto de servicios similares, que no iguales. "Siempre estamos dentro de la ley. Preferimos demorar la llegada a un mercado nuevo para adaptarnos a sus características y para entrar con todo cumplido", afirma Silveyra.

En un momento en el que Bruselas está dirimiendo en los tribunales la disputa legal entre Uber y los taxistas de Barcelona, lo cierto es que en Cabify no están especialmente preocupados por tener que afrontar un proceso similar. "Siempre hay sectores que nos ven como una amenaza", dice el director general para España, a la vez que alega que "al final esos críticos se acaban dando cuenta de que un actor como nosotros es beneficioso para todos. Nuestro mercado es el mismo que el del taxi".

Fuerte financiación

Cabify tiene una flota de más de 500 vehículos sólo en Madrid, gran parte de ellos eléctricos. El esfuerzo en cuanto a recursos es grande, gracias en buena parte a las potentes rondas de financiación que han elevado la valoración de la compañía hasta los 300 millones de euros. En abril de este mismo año el gigante japonés del comercio electrónico Rakuten, que acaba de cerrar un acuerdo para patrocinar al Barcelona, lideró una ronda de 120 millones de dólares, 112 millones de euros, con una aportación de 92 millones de dólares, 86 millones de euros.

"Rakuten ha hecho una fuerte apuesta por nosotros, y eso nos ha permitido sustentar el crecimiento agresivo que hemos desarrollado en nuestra entrada en algunos mercados", explica Silveyra.

De ahí que la compañía haya situado su objetivo de ingresos para 2016 en los 100 millones de euros. Para ello cuenta con 900.000 usuarios en todo el mundo, 250.000 de ellos en España. Sus ingresos proceden de los trayectos que realizan los conductores, que entregan a la empresa el 20% de su facturación total, un porcentaje inferior al de otras plataformas como Uber.

Cabify cobra a sus usuarios por kilómetro óptimo del trayecto. Eso asegura que el conductor siempre tomará la vía más rápida y directa, ya que si se desvía acabará perdiendo dinero.

Foco en Latinoamérica

Esas grandes rondas de financiación han permitido crecer mucho a Cabify en América Latina, con siete países ya colonizados. El servicio acaba de llegar, además, a ciudades muy pobladas como Buenos Aires y Montevideo. "Son mercados que nos están aceptando muy bien. En parte porque tienen una infraestructura de transporte público que es muy pobre, no es como en España", dice Silveyra.

Los tres países más rentables para la compañía son España, México y Perú. Ahí sobresale las terna de capitales, Madrid, Ciudad de México y Lima, donde destacan tanto el número de trayectos como el de conductores en las calles.