El futuro de Popular está en al aire, ante el cambio en la presidencia que tendrá lugar a finales de febrero, cuando Emilio Saracho releve a Ángel Ron como primer espada de la entidad.

En medio del ruido sobre qué estrategia implementará el hasta ahora vicepresidente de JPMorgan a nivel mundial -ampliación de capital u operación corporativa-, los ejecutivos de Popular siguen trabajando en el plan estratégico diseñado por Ron, en aras de reducir exposición al ladrillo e incrementar la rentabilidad del banco.

La entidad está cerrando los últimos flecos para presentar formalmente al Banco de España su Proyecto Sunrise, mediante el cual el banco quiere sacar de su balance casi 6.000 millones de euros de activos inmobiliarios brutos (4.000 millones en términos netos).

En enero el BDE debería emitir un informe favorable sobre la operación para que el BCE se pronuncie

La estructura de Sunrise, de la que depende el futuro del quinto banco español, está prácticamente definida, a falta de perfilar los últimos detalles con los reguladores y los inversores que financiarán la operación.

La intención de Ángel Ron, es presentar oficialmente al Banco de España su proyecto antes del cierre de este año. Si se cumple la hoja de ruta prevista por la entidad, el organismo que preside Luis María Linde informará favorablemente al BCE a principios de 2017, que a su vez tendría que pronunciarse a favor de esta  operación en el primer trimestre de 2017.

El objetivo es que la nueva inmobiliaria del banco comience a cotizar en Bolsa antes del segundo trimestre del año, previa autorización del folleto de emisión por la CNMV.

Deutsche perfila la estructura de la sociedad, EY desarrollará el plan de negocio y PWC auditará la nueva sociedad

El vehículo, cuya estructura está siendo diseñada por Deutsche Bank, será una inmobiliaria, compuesta por activos adjudicados (la mayoría, producto terminado), que funcionará como una sociedad independiente de Popular. Paralelamente, Popular ha fichado a la consultora EY para desarrollar el plan de negocio de Sunrise, y PWC ha sido contratado como auditor.

Fuentes próximas a la operación señalan que Proyecto Sunrise está siendo seguido de cerca por otros competidores de Popular, como Santander y BBVA, que cuentan con importante exposición a activos inmobiliarios improductivos. Si la nueva inmobiliaria se constituye y funciona con éxito, su modelo podría ser replicado por éstos.

Estructura del hólding

El hólding emitirá deuda subordinada suscrita por Popular por un importe de aproximadamente 1.200 millones; mientras que la empresa integrante de este hólding, propietaria de los activos, emitirá un tramo de deuda suscrito por varios bancos de inversión, por importe de 2.400 millones de euros aproximadamente.

Deutsche Bank, JPMorgan, Morgan Stanley, Citi, Credit Suisse, Apollo y Cerberus figuran entre los inversores que se han interesado en el proyecto, aunque no se han comprometido formalmente a apoyar la operación.

El inversor que acuda a la emisión de bonos percibirá un cupón del 3,5% aproximadamente, aunque el tipo de interés final dependerá de las condiciones del mercado. Se trata de deuda con vencimiento a cinco años, pero se estima tenga una vida media de dos años y medio, ya que, probablemente, se amortizarían antes del vencimiento, explican fuentes conocedoras de la operación.

Subrayan que la relación de Popular con la cabecera del hólding es la de acreedor, la misma que puede contraer cualquier banco con una empresa que financia o suscribe bonos de esa compañía.

Por su parte, Aliseda, donde Popular controla el 49% y Värde, el 51%, financiará en torno a 450 millones de euros de la nueva sociedad. Como parte del Proyecto Sunrise, se contempla que Popular adquiera la parte de Aliseda que ahora controla el fondo americano. Las negociaciones entre las partes siguen su curso.

Además, los accionistas de Popular recibirán entre 600 y 700 millones de euros de capital (equity), como parte de la operación.