La banca en Andorra está en pleno proceso de adaptación para sobrevivir a un nuevo entorno en el que la transparencia se va imponiendo progresivamente al secreto bancario y la opacidad del sistema financiero.

Los bancos del Principado, especializados en la gestión de grandes patrimonios, inician una nueva etapa en la que necesitan ganar tamaño. Es el caldo de cultivo idóneo para las fusiones. Todos hablan con todos: Crèdit Andorrà, Morabank y Andbank. Sin embargo, desde que arrancó este año, las conversaciones entre las dos primeras han pasado de meros contactos a negociaciones sobre cómo se articularía el grupo resultante si se concreta la fusión.

Morabanc, controlado por la familia Mora, es el banco andorrano de menor tamaño y también el más solvente

Morabanc, de la familia Mora, es la entidad más pequeña y la única andorrana que no tiene presencia en España, pese a sus numerosos intentos de desembarcar. A principios de 2015, poco antes de que estallase el escándalo de Banco Madrid, filial de BPA, estuvo a punto de hacerlo a través de la adquisición de la firma de inversión Tressis. Ambos grupos, de hecho, habían llegado a firmar un principio de acuerdo que se disolvió.

Morabanc es, también, la entidad mejor capitalizada de la región con una ratio de solvencia del 46,7%. Cuenta con 7.191 millones de euros en recursos gestionados y un beneficio neto de 34,8 millones al cierre de 2015.

Crèdit Andorrà ya estuvo en negociaciones avanzadas con BPA antes de ser intervenida en 2015

Crèdit Andorrà, por su parte, dueño en España de Banco Alcalá, cuenta con un ratio de solvencia del 21,8% (frente al 10% que se exige en el Principado). Tiene un volumen de negocio de 16.576 millones; 13.583 millones de recursos de clientes; 2.993 millones de euros de inversión crediticia y un margen financiero de 56,26%.

La integración de ambas entidades daría lugar a un grupo con más de 20.000 millones de euros en activos gestionados. Pese a que el mayor tamaño de Crèdit Andorrà podría hacer presuponer que la entidad controlada por las familias Pintat, Casal y Reig dominaría la operación, la mayor solvencia de Morabanc hace que este extremo sea discutible.

La consolidación es inevitable pese a la rivalidad histórica de las familias que controlan la banca andorrana

El peso que ostentaría cada una de las familias en el grupo resultante y el reparto de poderes en la cúpula resultante es uno de los escollos a los que se enfrenta una hipotética fusión. Ello y la histórica rivalidad entre las familias que tradicionalmente han dominado el mapa financiero andorrano.

En 2014, antes de que se descubriese la trama de blanqueo de capitales que derivó en la intervención de BPA y su filial española Banco Madrid, Crédit Andorra y BPA mantuvieron conversaciones muy avanzadas para fusionarse. El escándalo dio al traste con cualquier opción de integración.

Unos meses después, Crèdit Andorrà fue señalado como posible salvador para BPA. De hecho, se diseñó un plan de contingencia para la que hoy es la primera institución financiera andorrana tomara el control del banco invenido.

El sector financiero en Andorra

El sector financiero es uno de las actividades con mayor aportación al PIB de la región, al representar aproximadamente el 21%, según datos de la ABA (Asociación de Banca Andorrana). En conjunto gestiona más de 45.200 millones de euros de recursos de clientes, según últimos datos disponibles a cierre de 2015. En ese ejercicio, el resultado agregado del sector alcanzó los 168 millones de euros, con un ROE (retorno sobre el capital) del 10,9%, por encima de la media de la banca europea, en el 8%, según S&P.

Andorra dejó de ser considerada paraíso fiscal en 2011, tras firmar convenios de intercambio de información con varios países europeos. El año pasado, suscribió con España el convenio para evitar la doble imposición y desde este año ha endurecido los requisitos de acceso para nuevos clientes.