Un marco regulatorio y fiscal "moderno", que no perjudique las tiendas físicas, el empleo y la riqueza que generan los grandes establecimientos comerciales. Así puede resumirse el reclamo que hacen a las comunidades autónomas desde la Asociación Nacional de Grandes Superficies (Anged), que engloba a empresas como El Corte Inglés, Carrefour, Ikea o MediaMarkt.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) acaba de dictaminar que los tributos con los que regiones como Asturias, Aragón o Cataluña gravan a las grandes superficies para compensar el impacto que ejercen sobre el territorio y el medio ambiente son legales y compatibles con el derecho comunitario, ya que "ni la libertad de establecimiento ni el derecho en materia de ayudas de Estado se oponen" a estas tasas.
Pese a esto, Anged advierte de que este gravamen puede ser legal desde el punto de vista jurídico y, sin embargo, tener unos efectos "extraordinariamente negativos" sobre la competitividad y el empleo de las empresas afectadas, porque grava "en exclusiva" a las compañías con grandes establecimientos comerciales, perjudicando "gravemente" su competitividad respecto de otros operadores, formatos y modelos comerciales, especialmente, frente a las plataformas digitales.
"Este tipo de impuestos no sólo son anacrónicos, sino que distorsionan gravemente la oferta comercial, penalizan la capacidad de crecimiento de las empresas, drenando recursos a la inversión y la generación de empleo", ha subrayado la patronal.
Anged denuncia que los impuestos a las grandes superficies drenan recursos a la inversión y el empleo
Los impuestos sobre los grandes establecimientos comerciales nacieron en España en el año 2000. Pero la profunda transformación que han experimentado los hábitos de consumo y el entorno comercial en las casi dos décadas transcurridas desde entonces obliga a un nuevo enfoque impositivo, según defiende Anged. A su juicio, el comercio en España requiere de un marco normativo moderno, que afronte los cambios de la transformación digital y permita a todos los operadores, independientemente de su tamaño, canal o modelo de negocio competir con la misma libertad de empresa.
"Nuestras empresas están inmersas en un proceso profundo de transformación digital que afecta a todo su modelo de negocio y está requiriendo fuertes inversiones. Mientras, compiten con grandes ecosistemas digitales globales que, sin una tienda física, venden las 24 horas del día productos a cualquier país de Europa", ha señalado.
Desde Anged han insistido en que "la hiperregulación, la ruptura de la unidad de mercado, las restricciones operativas al ejercicio del comercio y la fiscalidad que hoy padecen sólo una parte de las empresas del sector son incompatibles con la competitividad de las empresas en el entorno digital en el que operan".