El ministro de Fomento José Luis Ábalos ha comparecido este martes 30 de octubre ante medio centenar de asistentes en un hotel de Madrid para hablar de "liberalización" y de innovación. Y aunque de la apertura de Renfe a la competencia privada no ha hablado, sí ha dado pinceladas de la que será la política de su ministerio hasta que se agote la legislatura: cuidar la maltrecha red convencional, que tanto sufre en las Cercanías de Madrid y en regiones como Extremadura.

Ya avisó el ministro de que para 2018 era técnicamente imposible inaugurar ni una sola de las líneas de alta velocidad previstas por el PP. "El AVE tampoco es la panacea", ha proclamado en un momento del desayuno organizado por El Español. "Se suele decir que acerca destinos lejanos y aleja a destinos cercanos. Y es un poco verdad. Por eso hay que tratar de armonizar la inversión en red convencional y red de alta velocidad".

Un país "radial"

Ábalos ha recordado que "la fiabilidad del ferrocarril está en cuestión" en este tipo de vías menos rápidas. Y ha criticado, sin mencionar lugares, "el victimismo local que a veces se da", en alusión a territorios que reclaman la alta velocidad pero que no están en tan pésimas condiciones como otros, como la mencionada Extremadura, donde el ministro ha pasado el fin de semana reuniéndose con las autoridades autonómicas. "Hace falta un poco más de solidaridad y de sentido de Estado".

El titular de Obras Públicas, un político valenciano, ha tildado el sistema de transporte de "radial" y ha dicho que apuesta por "vertebrar el país". Ábalos ha anunciado inversiones en el Corredor Mediterráneo, en este sentido. Por lo demás, Fomento mantiene todas las inauguraciones de AVE (a Murcia, Cartagena, Almería, Corredor, País Vasco, Galicia, Granada) pero las fechas comprometidas han sido retrasadas un par de años para ahorrarse promesas incumplidas.